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TOYOTA SIENNA 2004:

El reemplazo que hacía falta



por PEPE FORTE


Tengo que comenzar con una confesión: cuando en 1997 Toyota lanzó al mercado la primera generación de su minivan Sienna… me sentí defraudado. ¿Por qué?

Era una minivan excelente… sólo que no llenó mis expectativas. Aquel Sienna, tenía una gran responsabilidad sobre sus ruedas: reemplazar a una súper minivan, la Toyota Previa. Y con el nombre de una región de Italia y el modo con que en las academias de Bellas Artes se le llama circunspectamente al color carmelita, la ópera prima de la Sienna, comparativamente, fue un sustituto modesto.

La “previa” historia de la Sienna

Aunque en Estados Unidos hasta 1991, cuando Toyota hace con la Previa su inmersión exitosa en aquel caliente segmento de las minivans, la compañía no era conocida aquí como fabricante de vehículos para más de cinco ocupantes. Sin embargo en Japón, y en muchos países, Toyota sí era apreciada por sus microbuses. Claro que un microbús no es una minivan, pero sí el eslabón ¿perdido? más cercano al transporte familiar, así como la Combi de Volkswagen de 1958 puede ser considerada precursora de las vans. Todavía rueda por algunas ciudades del mundo una furgoneta de pasajeros de Toyota, de nombre ingenioso: Urvan.

Pero el consumidor automovilístico de los Estados Unidos más inconforme, necesitaba una minivan que llenara sus exigencias, y eso fue la Previa. Claro que la Previa era “irrediseñable”; como su rival de época, la Chevy Lumina, que por su diseño tan radical, no podría ser modificada a partir de su propio croquis, cosa que bien podría ocurrirle al Chrysler PTCruiser y al nuevo VW Beetle.

Con el regreso de las formas redondeadas en los autos a mediados de los ‘80 en el cuerpo del Ford Taurus, ya para 1993 los dos vehículos más ‘esféricos’ del mercado automotriz eran el Infiniti J30 y la Toyota Previa. La Previa era atractiva y vanguardista, pero su diseño hermético le cerró la vía a modificaciones estilísticas (se puede decorar un huevo, pero no pedirle que deje de ser ovoide…). Mas no sólo su diseño exterior; la Previa era paradigma de funcionalidad y ergonomía que merecía ser reemplazada por un vehículo más pretencioso… y no fue así. Incluso, su sucesora se encogió como ciertos T-Shirts en la primera lavada: cuando la Sienna inicial pateó el asfalto de Norteamérica, acompañó en un récord a su archirrival, la Honda Odyssey de 1995: eran las minivans más pequeñas del mercado.

La nueva Sienna ‘04
La gran virtud de aquella Sienna fue su vocación de mártir. De conejillo de Indias sirvió para que, a partir de su disección, naciera la magnífica 2004: Yuji Yokoya, ingeniero jefe de diseño de Toyota recorrió ¡53 mil millas! en Norteamérica a bordo de la primera Sienna, para superar sus limitaciones en el modelo posterior. Y lo logró.

Toyota es una compañía con un gran sentido del timing. Es como esa persona que antes de presentarse a la fiesta, espía cómo van vestidos los invitados, para luego irrumpir (lo hizo con el Matrix) mejor ataviado que nadie. Así, la flamante Sienna, que sigue apoyándose en el marco del Camry, acopia todas las virtudes ensayadas en otras minivas y las combina con las suyas propias, como la puerta trasera eléctrica y remota (de Chrysler); el espejo conversacional para observar a los niños en la segunda fila de asientos (de Ford Windstar); la tercera fila de asientos abatible que se oculta en el piso (de Honda Odyssey); las puertas laterales eléctricas y remotas (Chevy Lumina), y las lunas retráctiles en la segunda puerta (de Mazda MPV), todo lo cual hace del Sienna 2004 una mezcla de Greatest Hits de innovaciones.

De su propia inspiración, el inventario es igualmente extenso. Como vehículo de familia, sus virtudes están relacionadas más con comfort y seguridad, que con rendimiento. La Sienna del 2004 es asequible y manejable. Hay compartimientos, enchufes, ganchos y portavasos por doquier; ¿qué cosa es una minivan sino una habitación de chicos rodante con que visitar el drive thru del restaurante de comidas rápidas más cercano después de recoger la ropa en el laundry y pasar por el supermercado?

La tercera fila de asientos es inusualmente cómoda, una rareza en las minivans, y mucho más fácil de manipular que la de su competidor. El tradicional nivel de insonorización de cabina de Toyota-Lexus es notable y, en la autopista, la Sienna 2004 levita, algo digno de experimentarse.

La palanca de cambios en vez de estar montada en el árbol del timón, nace desde el ergonómico housing que heredó del Lexus RX300, una especie de podio al centro de la consola y que Toyota ha ido agregando paulatinamente a muchos de sus vehículos.

El sistema de seguridad de las puertas eléctricas no usa la conocida fórmula de la batería de sensores para rebotar en encuentros con el cuerpo, sino bandas que corren por los bordes y que operan como un sistema nervioso. La respuesta es tan sensible como la de las puertas de los elevadores, incluso al leve contacto con un dedo.

En cuanto a rendimiento, este increíble Sienna estrena un V-6 DOHC de 3.3L y 24 válvulas para 230-hp, acoplado a transmisión automática de 5 velocidades, con AWD opcional. ¿Seguridad? Además de bolsas de aire de despliegue inteligente por doquier, los frenos son asistidos electrónicamente.

La Sienna ‘04 se ofrece en cuatro cortes: CE, LE, XLE, y el XLE Limited, para una fluctuación de precios entre $23 mil y $39 mil. El modelo máximo en la linea, el XLE Limited, ofrece rims de aleación de más diámetro, decorados interiores en madera, sistema de navegación, cámara de televisión para la marcha atrás, sistema ultrasónico de distancia intervehicular, asientos de piel y muchas exquisiteces más.
Con 4 pulgadas más de ancho, 5.9 más de largo, y 5.1 más de espacio entre ejes, la nueva Sienna es más grande que su predecesora.

¿Y vale la pena tanto empeño?
Una certificación del éxodo de los consumidores de las minivans a los utilitarios deportivos en los últimos cuatro años, es precisamente la diversificación de Toyota en la categoría, el único fabricante de autos que mantiene cinco SUV’s en el mercado. ¿Seguirán los consumidores desplazándose allí o, en el mejor de los casos, a ese híbrido que son los crossovers, como el flamante Chrysler Pacifica?
¿Están las minivans out of style? ¿Habrá que rogar a San Iacocca, Padre Santo de todas las minivans que están en el cielo para recobrar las ventas? Si las respuestas a estas interrogantes son un simple sí, ¿por qué empeñarse en crear esta minivan espectacular en un segmento que a todas luces se encoge? Hum… las causas pueden ser muchas, pero la lógica indica que esta nueva Sienna más que batallar por arrancar prospectos al departamento de los SUV's, lo que intenta es reafirmar su posición dentro de su propio niche con tal de robarle compradores a la sombrilla de Chrysler y sospecho que más marcadamente a la Honda Odyssey. Sea por lo que fuere, el caso es que me complace pensar que Toyota se afana en su nueva Sienna porque es una compañía muy seria que no cree en patitos feos y que no descuida ninguno de sus productos, sobre todo también ahora que Nissan ha reorganizado vigorosamente todo su line-up.

¿Una última razón? Sí, y muy personal: porque se me antoja que esta segunda generación del Sienna es el genuino reemplazo de la honorable Previa.