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TOYOTA CAMRY 2004:
Ya es un sedan clásico
en América

por PEPE FORTE

La discreción es una virtud. La más reciente edición del Toyota Camry no representa un auto espectacular. En verdad, nunca lo ha sido. Pero sí compone la mezcla perfecta que un conductor pueda esperar de un gran sedán.

El Camry es discreto por dentro y por fuera, lo que garantiza un bien centrado concepto de belleza y funcionalidad. La codiciada etiqueta de best-selling-car-in-America tiene sus razones.

Más potencia de su motor V6 y una oportuna transmisión automática de 5 velocidades son las mejoras más importantes para este rey de los midsizes de 4 puertas en el año 2004. El vehículo se sigue moviendo en el mercado más o menos en los mismos modelos en que lo ha estado haciendo en los últimos tiempos, y éstos son el LE, el supremo XLE, y el atractivo SE, de aliento deportivo que merece mención aparte. El paquete de este modelo SE ofrece, standard, atractivos rims de aleación (distintos a los de los demás cortes) de 16″, spoiler sobre el baúl y una magnífica mezcla de negro por fuera con negro por dentro, de piel, una combinación codiciada pero poco frecuente.

La suspensión del SE también ha sido “tonificada” a lo sporty, fiel reproductora de los relieves del camino, casi como los buenos roadsters europeos.

El SE trae un motor ligeramente más grande, un V-6 de 3.3 litros con un incremento de 33 caballos más de fuerza que el de 3.0 litros del año pasado, para un total de 225 caballos. Indistintamente, en una versión más modesta y barata, se puede disponer del Camry con motor de 4 cilindros, un poco menos vital que el V6, con 157hp, suficientes para mover su cuerpo.

Los modelos con 4 están acoplados a transmisión automática de 4 velocidades y también está disponible la transmisión manual. El V-6, cinco marchas automáticas.

Los cortes superiores ofrecen frenos ABS de disco en las cuatro ruedas y, siguiendo en el departamento de la seguridad, bolsas de aire delanteras, opcionales las de cortina para la cabeza. Otras amenidades elegibles incluyen pedales ajustables, stereo JBL (tradicional a bordo de los mejores Toyotas) y un elocuente sistema de navegación del tipo touch-on-screen, que da con pelos y señales toda la información de camino que necesita el conductor.

Dentro, en el modelo superior, destaca la decoración en acentos de madera (no se olvide que este Toyota supremo está sólo a un paso en comfort y lujo del modelo base de Lexus, el ES 330).

Para los que duden comprar un Camry 2004 [que es básicamete el diseño del modelo del 2003] porque su rediseño está en camino, hay noticias alentadoras: La compañía no piensa crear un diseño nuevo hasta aproximadamente el 2006 o el 07, aunque se esperan cambios cosméticos mínimos para el 2006, pero no una revisión totalizadora.

El Camry sigue reportando ventas fabulosas (se elevó en un 15. 3% en el tercer cuarto del año pasado), a pesar de la sombra que le hace su primo mayor, el SUV Highlander, montado precisamente sobre su plataforma y heredando por ello mucho de su handling.

Ésta, la más reciente edición del Camry es más amplia… y se siente más amplia. Hay vehículos que crecen interiormente, sin embargo, su diseño interior arruina esa percepción. De poco vale un vehículo cuya amplitud es incapaz de hacerse sentir. Ese no es caso del Camry.

El interior del Camry es económico en recursos, sin grandes despliegues, pero se siente como que tiene espacio dentro como para dar una fiesta. El llamado head-room, o espacio para la cabeza, es el más evidente de estas expansiones. Además, cada cosa está donde debe estar, son de fácil acceso y manipulación, y no exige de los dedos del conductor o el pasajero delantero actos de malabarismo para tocar los botones más tocados.

Desde el modelo mediano hasta el más alto, el Camry ofrece todas las operaciones eléctricas que se puedan esperar: ventanillas, asientos, pestillos, retrovisores, etc.

La visibilidad es buena en las cuatro direcciones y, como todo Toyota, es muy insonorizado. Además, ofrece suficientes compartimientos para almacenaje en cabina, y la rueda de repuesto es de tamaño normal.

En el competitivo mercado actual de los sedanes, el Camry se pasea magistralmente. Y esto es difícil de lograr; cada vez más el público hace un éxodo a los SUV (y más reciente a los llamados crossovers), de modo que hacer que un “carro normal” resulte atractivo, es toda una proeza. El Camry lo logra.

Su taza de precios puede arrancar desde aproximadamente los $18 mil, aún en cortes bien dotados, hasta los de a todo dar, como el SE con sistema de navegación incluido, que puede ni llegar siquiera a los $24 mil. Además con un bajo consumo de combustible, una tradición de los eficientes motores Toyota, el V6 de 3.3 litros del SE, por ejemplo, reporta 20 millas por galón en la ciudad y 29 en la carretera.

El Camry es igualmente cómodo para el conductor y para los pasajeros. Con todas estas virtudes, sin dejarse arrastrar por pretensiones de gran estilo, el Camry es una de las mejores ofertas en el mercado automotor de hoy. No lo dude.