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Hyunday XG350L 2004: El espíritu del lujo sin el precio del lujo

Por PEPE FORTE

Haga el siguiente ensayo: entre al website de cualquiera de las marcas de sedanes compactos de Japón que se comercializan en Estados Unidos. La mayoría de estos sitios de la Internet le permiten al visitante escoger un modelo particular y agregarle características con el propósito de, al final, calcular el precio del coche según dotaciones.

   Si a cualquiera de los vehículos de las cinco grandes marcas japonesas que se venden aquí usted le agrega en esa operación interactiva sunroof, vestidura de piel, acentos en madera, estéreo premium con CD changer, abundantes altavoces y comodidades electrificadas, control de tracción, bolsas de aire laterales y transmisión automática acoplada a un motor que rebase los 2.5 litros, les puedo casi asegurar que el precio final promediará entre los 30 y 35 mil dólares.

   ¿Es posible hallar todo esto, y quizás más, por 10 mil dólares menos? Sí es posible el Hyundai XG350L. Y la típica frase americana para reflejar escepticismo ante una situación o cosa demasiado buena de Too good to be true… puede agregarle: but it’s true!


El Hyundai XG350L ofrece todo lo mencionado arriba, y un poco más, por un precio básico de $25,000.

   Hyundai ha evolucionado por un largo camino y ha tropezado con los mismos obstáculos que lo hicieron otras compañías que trabajaron fuertemente para ganarse la reputación y el reconocimiento que tanto exige este mercado automotriz de Norteamérica. Emprendieron con el riesgoso segmento de los sedanes compactos decentemente dotados con su modelo Sonata, y aproximadamente desde hace un par de años ascendió al escalón supremo con la variante XG.

   Se trata de una movida inteligente, la de ofrecer en el segmento de carros económicos, vehículos bien dotados con características de lujo, pero a un precio incomparablemente más bajo que el de sus competidores. Igualmente lo ha hecho la fabrica KIA con la reciente introducción del Amanti y la marca Japonesa Suzuki con el nuevo modelo Verona, que es el reemplazo del hoy extinto Daewoo Leganza.

194 hp que se sienten como 250
Comenzando con la planta motriz, el Hyundai XG350 cuenta con un motor V6 DOHC de 3.5L y 24 válvulas con inyección electrónica. Menos potente que algunos de sus rivales en la categoría, este motor desplaza 194 caballos de fuerza que empero producen una sensación de potencia y dinamismo en la aceleración que no se corresponde con una cifra de vigor relativamente baja, especialmente si se le compara con su cilindradaza. Acoplado a transmisión frontal automática de 5 velocidades que ofrece como alternativa el gobierno manual gracias a su sistema Shiftronic, los tres litros y medio del XG350 garantizan una buena arrancada y respuesta cuando se requiere presionar el acelerador (el motor creció de 3.0 litros a 3.5, razón por la cual desde la edición pasada la etiqueta del vehículo cambió de XG300 a XG350).

Sutil y amplio
Con una distancia entre ejes de 108.3 pulgadas, un largo de 191.9″, ancho de 71.9″ y altura de 55.9″, el XG350 luce exquisito gracias a estas proporciones.
  

Desde finales de los años 90s, los designios generales del styling comenzaron a dictar formas, como se les llama en inglés, a lo chunky. Es decir, autos que parecen cortados en trozos grandes, que han aumentado en la vertical el área de pared de las puertas (la distancia que media entre el suelo del coche y la línea inferior de las ventanillas, o ‘tiro’, como también se le dice) y además han crecido en altura general. [Sorpréndase: la línea del techo del Corvette actual coincide con la línea inferior de los retrovisores laterales del Toyota Corolla… aunque no lo crea].
Este diseño se aparta del concepto de ‘estilizado’, cuyo patrón visual fue tradicionalmente considerado elegante. Este Hyundai luce más alargado que el resto de los coches de su categoría y por eso es más elegante.

Decoran el diseño exterior acentos cromados, neblineros pequeños y las lámparas traseras sólo en plástico rojo e incoloro (para la marcha atrás) lo que lo acerca al concepto americano que evita el amarillo en las luces traseras (aunque el bombillo direccional cuando titila lo hace de este color). Los retrovisores laterales son del color del auto.

El modelo base muy bueno; el L mucho mejor
La diferencia entre los dos modelos que se ofrecen, el sedan base y el L no radica en la planta motriz (que es la misma para ambos), sino en ofrecimientos internos. El 350L es el mejor dotado. Como anticipamos encima, el L viene ‘cargado’ con todo lo que se pueda hallar en un coche de lujo, incluyendo el codiciado timón de madera.
  

Posee llantas de aleación, estéreo de calidad superior Infinity, cristales, pestillos y asientos eléctricos (con memoria, térmicos y de 8 posiciones con soporte lumbar), volante ajustable, cruise control, luces de xenón, retrovisores laterales anticongelantes, climatizador automático con temperatura pre-fijada, lámparas de lectura en el pilar C, acceso sin llave, minicomputadora de viaje con cálculo de radio de acción según existencia de combustible en tanque, y sistema Homelink para la apertura del garaje. Los retrovisores laterales enfocan automáticamente el suelo al ser enganchado el retroceso, para una mejor y más segura visibilidad. Las puertas carecen de marco para los cristales, lo que acentúa su aspecto distinguido.
  

En el acápite de seguridad se destacan los frenos ABS de disco en las cuatro ruedas y EBD con control de tracción, bolsas de aire frontales y laterales, anclajes especiales para asientos de bebés y, por si quiere incluirlo en este capítulo, viene calzado con neumáticos Michelin.
  

La garantía de Hyundai, que lleva ya varios años en vigor y es pionera en esplendidez, es de 10 años/100 mil millas para el tren de rodaje y de 5 años/50 mil millas bumper-to-bumper, lo que hace considerar a cualquier vehículo de la marca, en ciertas circunstancias, como el carro para toda la vida.
  

Si nos subscribimos tan sólo a talla, los competidores naturales e inmediatos del XG350 son los compactos Toyota Camry, Honda Accord, Nissan Altima y Mitsubishi Galant. Pero en cuanto a ofrecimientos, y a pesar de que parezca exagerado, el XG de Hyundai puede apuntar también a las versiones o el peldaño de lujo de los coches recién citados, como el Nissan Maxima, el Toyota Avalon, el Acura TL y otros. Insisto en este aspecto, porque el potencial prospecto de este Hyundai supremo se supone que no busca performance, sino las amenidades y lujos de, por ejemplo, un Jaguar S-Type, pero a un precio más accesible.

Ganando reputación
Vista hasta hace muy poco por los consumidores de Norteamérica como una compañía de tercera categoría, gracias a vehículos tan encomiables como este XG, Hyundai ha ido borrando con paciencia y paso firme el fantasma del recelo sobre la procedencia de sus vehículos: Corea del Sur. Esto, va siendo ya cosa del pasado. Igual ocurrió a finales de los 60 con la invasión japonesa de Honda y Datsun, y mas atrás en los años 50 con el VW Werk, aunque en este caso la desconfianza no se basaba en el origen geográfico (los coches alemanes siempre han sido muy respetados en los Estados Unidos) sino por su conexión con Hitler y por lo simple del coche, en una época en que los autos del Detroit de la postguerra eran como palacios rodantes. Hoy, Hyundai se legitimiza en la escena automovilística norteamericana. La calidad, lo que ofrecen, y el modo en que los productos Hyundai se desplazan son aspectos cruciales para ganar la confianza y respeto del consumidor.

Cómo maneja
Al volante del XG350 se percibe una mezcla de desplazamiento plácido y vivaz debido a su respuesta de aceleración (a pesar de que no es una bestia furiosa en lo que a caballaje respeta como ya hemos visto) y a su suspensión doble independiente de brazo en “Y” y su sistema multivinculado, dotado de amortiguadores de nitrógeno comprimido. La posición de manejo es cómoda y la visibilidad excelente. Recuerda los insuperables niveles de visibilidad delantera del Honda Accord 1990-1993.
  

La consola y el perfil general de la pizarra no es de grandes despliegues, sino más bien discretos, sin estridencias, recordando a algunos sedanes americanos full-size de la década de los 90.
  

Al XG350 se le siente amplio, lo mismo en cabina que en la maletero, que acomoda una rueda de repuesto tamaño completo. La dirección es mucho más dócil que la de algunos de sus competidores, mientras que la relación general conductor-vehículo es fluida y coherente. No le exija el 100% del lenguaje típico de vehículos de más de 50 mil grandes, pero en realidad la conducta general del XG350 no anda muy lejos de la de éstos, aunque el cheque del pago mensual no lo refleje.

Todavía medio desconocido, pero conquistador
En cuanto a opiniones medidas al borde de la calle: encontré conocimiento y admiración por el vehículo en muchos interlocutores. La opinión generalizada de los que lo conocen, sean propietarios o no de alguno, es que el XG350 es un auto de gran aprecio. Los que no lo conocen o siguen visualizando el pasado reciente de la compañía cambiaban inmediatamente de opinión al ser expuestos al vehículo. El esquema sociológico de la sorpresa era semejante al de un agradable descubrimiento. Estas dos reacciones opuestas en principio pero coincidentes al final, no apuntan a otra cosa que garantizar un futuro de respeto, apreciación y reconocimiento no sólo para el abanderado de Hyundai, sino para el line-up completo de los modelos del fabricante. Personalmente, el Hyundai XG350L es uno de los autos que más me han impresionado este año.