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Autos pequeños obtienen malas calificaciones en prueba de impacto

¿El tamaño sí importa? ¿En realidad necesitamos autos pequeños? ¿Un vehículo eficiente tiene que ser forzosamente pequeño? ¿Es esta prueba una conspiración para favorecer la venta de carros grandes? Estas y otras interrogantes hallan su respuesta en este texto:

por Pepe Forte, editor de i-Friedegg.com y conductor del programa AUTOMANIA de WQBA 1140 Univision RadioPosted on April22/2009

 

La noticia publicada el martes 14 de abril del 2009, primero en los medios especializados para el mundo del automovilismo y luego como despacho regular que reveló pésimos resultados en una prueba de colisión efectuada a autos pequeños, ha creado desaliento por un lado, mientras que por otro fue recibida por mucha gente como una suerte de certificación expresa a lo que se suponía lógico. Autos pequeños fabricados por Toyota, Honda y Daimler AG obtuvieron pobres resultados en choques frontales de prueba contra carros de tamaño mediano. El Toyota Yaris, el Honda Fit y el Smart ForTwo, todos colapsaron hacia el espacio donde se encontraba el dummy o muñeco de prueba, de acuerdo con un estudio revelado en la fecha citada por el IIHS o Instituto de Seguros y Seguridad en las Autopistas de Estados Unidos (Insurance Institute for Highway Safety).

 

Los falsos conductores en estos tres vehículos enfrentaron serios riesgos de lesiones a las piernas y a la cabeza en la colisión frontal de prueba a 40 millas por hora, a pesar de que las bolsas de aire se desplegaron.

La información ha desatado el debate de si los fabricantes de automóviles deberán continuar desarrollando este tipo de vehículo para el mercado de Estados Unidos.

El Honda Fit fue uno de los autos que participó del ensayo.

Anteriormente, estos tres vehículos obtuvieron mejores resultados en pruebas de colisión frontal contra una barrera, y aunque también salieron airosos en impactos entre ellos, según un vocero del reciente test, éste demostró pobres calificaciones de seguridad en choque con vehículos más grandes. En esta última prueba los conejillos de India sobre ruedas fueron proyectados contra sedanes midsize. El examen, además, se hizo “en familia”: el Toyota Yaris chocó con un Toyota Camry, el Honda Fit con un Honda Accord, y el Smart ForTwo contra un Mercedes C Class. En estas colisiones, los muñecos de prueba sufrieron —y citamos— “intrusiones a su espacio” de los pilares o columnas del parabrisas, la panelería y el volante. Según los que practicaron esta prueba, “aunque los choques frontales a 40mph son raros, es este tipo de impacto el que a menudo ocasiona heridas graves o la muerte”.

Toyota planea traer el diminuto iQ a Estados Unidos.

El grupo que realizó la investigación recomendó a los consumidores que consideraran comprar vehículos un poco más grandes que ofrezcan mejores récords de seguridad que los miniautos.

Russ Rader, vocero del instituto, dijo que muchos carros sólo un poco más grandes tienen el mismo millaje por galón que los miniautos de la prueba.

Es oportuno aclarar que no debe confundirse el IIHS, padre del estudio, con la NHTSA o National Highway Traffic Safety Administration.

El otro lado de la moneda
Smart calificó al test de colisión frontal a 40 mph como “inusual y extremo”. Dave Schembri, Presidente de Smart USA dijo que “el Smart ha demostrado un récord probado de seguridad con aproximadamente 1 millón de autos que ruedan en 37 países”.

Voceros de Honda y Toyota no expresaron inmediatamente sus reacciones a pesar de solicitadas.

El Mitsubishi MiEV, eléctrico, integra la nómina de los benjamines que pretende tomar por asalto el mercado norteamericano.

El tamaño... ¿sí importa?
La lógica indica que los autos pequeños, por razones obvias, llevan la de perder en los accidentes. Y esto es así, más sólo en parte. El argumento de que tamaño es igual a entereza física no marcha rectilíneamente. Imaginad por un momento un Hummer —el H1, el militar, el grande, el que se fue…— hecho de cristal, o papel, o cáscara de huevo o piel de cebolla. En un simple choque contra una patineta se desharía...

Desde hace años, cuando un auto empieza a dibujarse sobre el tablero de diseño o en la computadora, junto con la forma que va a tener ya se proyecta cómo reaccionará a un choque. Gracias a la tecnología de hoy y al desarrollo de los materiales, los ingenieros pre-programan cómo la estructura física de un auto reaccionará ante una colisión propia, embestida ajena o vuelco, con tal de proteger la integridad física de sus ocupantes. Los puntos de fragilidad o “pliegue” en el tercio frontal de un vehículo cuya función es convertir en un “acordeón” esa parte en caso de choque frontal, se notan fácilmente en todo carro de hoy cuando uno levanta el capó y observa cuidadosamente los bordes de los guardabarros que quedan bajo aquél. En un vehículo todo de acero y de otros metales como los de los años 50, el impacto se transmitirá al resto de la carrocería. Por otra parte hoy, además, los motores son colapsables, es decir que al chocar el auto de frente de desprenden de su hogar y se “caen” para no invadir la cabina de pasajeros y comprimir así las piernas de los ocupantes de la fila delantera de asientos. Esta tecnología no está ausente en los autos pequeños del presente. Eso, sin contar los sistemas electrónicos de control, estabilidad y frenado de los carros de la actualidad, y los sofisticados sistemas de bolsas de aire y cinturones de seguridad. Los autos de hoy son más seguros que nunca antes en la historia del automóvil.

En un despacho noticioso de Reuters, fechado el 4 de abril del 2008 en Frankfurt, Alemania, durante un choque lateral simulado aún con la puerta del conductor abierta, el Smart obtuvo las máximas calificaciones. El Mini Cooper tiene mejor récord de seguridad en impactos que otros vehículos de más talla, y en particular el Honda Fit y el Toyota Yaris, ambos del 2009, encabezaron el Top Safety Pick de este año según el propio IIHS en anterior prueba cuyo diagnóstico se puede consultar en el siguiente link: http://www.iihs.org/ratings/summary.aspx?class=90

Volkswagen, pionera del mercado automotriz liliputiense, intenta reincidir con el VW Up.

Más pequeños: ¿Más eficientes?
Pero, ¿es necesario adquirir un auto pequeño para ahorrar gasolina? No.

Hay muchos autos en el mercado, más grandes que los del ensayo, que son tan o más económicos que éstos. El Toyota Yaris del 2009 Yaris hace 29mpg en la ciudad y 35 en la carretera, el Honda Fit de este año tiene exactamente esas mismas cifras, mientras que el Smart ForTwo reporta 33 y 41.

En contraste con estos números, el VW Jetta diesel obtiene 29 mpg en la ciudad y 40 en la autopista, el Toyota Prius del 2010 hace 52 y 48, mientras que el Toyota Camry híbrido rinde 33  y 34. Según un vocero de Ford, el Fusion híbrido del 2010, hace 41 mpg en la ciudad y 36 en la autopista. La lista no termina aquí, aunque con estos ejemplos basta.

El Toyota Yaris, un auto divertido y económico, siendo más pequeño no es sin embargo más eficiente que su hermano inmediato el Prius.

No es razonable pensar que esta prueba infeliz para el Yaris, el Fit y el Smart es fruto de una conspiración para afectar a esos vehículos en particular y a sus marcas matrices y, en la otra mano, reverdecer la venta de los autos medianos y grandes que, a consecuencia de la crisis económica y de los altos precios de la gasolina el año pasado cedieron su paso en el mercado a los vehículos económicos. Como estos dos factores son más o menos prevalentes y han conducido a un incremento del segmento de los económicos, se imponía una prueba responsable que manifestara en una o otra dirección cómo se comportan los vehículos de talla reducida en eventual choque en un mundo más real. Alrededor de 30 mil ocupantes de vehículos mueren en accidentes de auto en las vías de Estados Unidos cada año y más o menos la mitad de estas fatalidades se producen en colisión frontal (en los años 80 las muertes eran 45 mil; algo hemos mejorado en materia de seguridad pues...).

En el 2007 el índice de muertes en los carros pequeños fue substancialmente alto comparado con los carros más grandes envueltos en un accidente con uno o más autos. El fatal incremento probablemente esté relacionado con el aumento del volumen de ventas del segmento.

La tendencia de las firmas automovilísticas es seguir incorporando coches más pequeños al mercado de Estados Unidos. El Smart ha estado por años circulando en Europa y hace una década parecía improbable su presencia en Norteamérica. Desde el anuncio de su introducción, las listas de solicitud del auto devinieron una espera de meses para la entrega. Por si fuera poco, otros fabricantes se apresuraron a ensayar modelos semejantes, como hizo Toyota con el iQ, etiquetado como Scion. Recientemente se publicó la noticia del interés de Volkswagen de traer a Norteamérica un minicar de nombre Up, y Mitsubishi planea introducir el MiEV.

Hace apenas 5 años, el segmento de los económicos terminaba en su punto base en una panoplia de vehículos integrado por, entre otros, el Toyota Corolla, el Honda Civic, el Nissan Sentra, el Hyundai Accent, el Chevrolet Cobalt, el Ford Focus, etc. Hace poco se estableció un peldaño de vehículos aún más bajo, poblado por autos como el Nissan Versa, el Honda Fit, el Scion xD, el Toyota Yaris, el Smart…

El Nissan Cube, de reciente arribo a Estados Unidos, también se inserta —aunque a su manera—, en la creciente legión de los enanos.

La verdad es que para ser eficientes los autos no tienen que ser necesariamente pequeños. Pero los autos pequeños se han vuelto favoritos del mercado no sólo por su eficiencia, sino por otra serie de razones como: Son más más baratos, y ésta es una pieza importante en la crisis actual. Mucha gente ha perdido su empleo y su casa, pero no la necesidad de movilidad. Por tanto la alternativa ha sido volcarse a un segmento de automóviles cuya escala de precios comienza en la primera mitad de la decena de miles de dólares. También, en muchos casos, son más confiables y resistentes que autos de más porte, el mantenimiento y las reparaciones son monetariamente más asequibles —¿cuesta lo mismo un neumático para un Yaris que para un Sequoia?— y, además, mucha gente los prefiere porque son mas fáciles de maniobrar y estacionar, pueden aparcar donde quiera, y algunos hasta los consideran más divertidos. En una palabra, representan conveniencia. Así que no sólo la economía de combustible, sino que más de una causa hay para que los fabricantes insistan en obtener una lucrativa tajada de ingresos con estos autos, acaso la más recompesadora al menos en términos proporcionales.

El Soul de Kia, otro invitado a la fiesta de chiquitos...

¿Qué va  pasar después de esta prueba? No creo que se convierta en un fantasma, aunque la reacción inicial del público comprador —justo ahora— es el desaliento. Pero cada día más vivimos en un mundo cuyas circunstancias nos obligan a memoria de pez y, para colmo, el que manda es el bolsillo. Así, aunque supuestos resultados futuros fuesen peores que éstos —que no lo van a ser, claro está— en cuanto los precios de la gasolina se disparen nuevamente —lo que por otro lado sería un indicador de una economía más saneada— el comprador promedio negociaría seguridad contra chequera y los autos pequeños se convertirán en main stream. La buena noticia es que los fabricantes, no sólo éstos que se cayeron de la cuerda floja sino todos, redoblarán los esfuerzos que ya han dedicado a la seguridad de los vehículos más pequeños, y muy pronto veremos coches que a pesar de su talla reducida serán más seguros en choques.

 

A continuación, algunos links a visitar para ver tests de colisión:

http://www.nhtsa.gov/staticfiles/DOT/safercar/movies/NCAP.wmv

Test de choque a Toyota iQ:
http://www.youtube.com/watch?v=CE_eUP_BAcU

Test de choque a Smart:
http://www.youtube.com/watch?v=mz-s1sIoLhU&feature=related

Test de choque a Mini Cooper
http://www.youtube.com/watch?v=5I002GT1mK4&feature=channel