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2009 Dodge JOURNEY: Lo mejor de una minivan sin serlo

Texto y fotografías de PEPE FORTE, editor del Canal de Autos de i-Friedegg.com y conductor del programa radial dominical AUTOMANIA por WQBA 1140 AM de Univisión Radio. Todas las fotos del autor. Posted on Nov. 21/2009.

A menos que usted esté enredado en los trajines del enfant seat para el carro, probablemente ni siquiera con una pistola apuntándole en medio del pecho se compraría una minivan. El segmento, de popularísimo apenas una década atrás, ahora se encoge y se ha quedado sólo para familias jóvenes con niños. Pero eso no significa que aunque usted haya rebasado esa etapa de la vida, esté tan ciego como para ignorar las virtudes de uno de los vehículos más exitosos de todos los tiempos. ¿Por qué entonces no tener un van… que no parezca un van? Eso es en esencia el debutante Dodge Journey.

El Journey salió al mercado como modelo 2009. Y ha decidido jugárselas todas, conservando las prestaciones de una minivan pero sin el estigma de serlo. El Journey, por tanto, no es uncool…

Se trata de un crossover midsize derivado de la plataforma sobre la que se asienta el hemano Avenger —y también el primo Sebring—, pero tiene 7 plazas, dos más que el sedan, y también 4.9 pulgadas más de espacio entre ejes, lo que se desdobla en amplitud interior.

El as de triunfo del Journey es que no le apena robarse lo que vale y brilla de las más recientes ediciones de las minivans de Chrysler, pero en la forma de un crossover, y esto significa puertas de hoja en vez de deslizables. Es fácil de adivinar: Las ‘aplicaciones’ capitales de las minivans ejecutadas aquí son el exitoso sistema Flip 'n Stow que da uso a espacio muerto en otros autos, es decir, convertir en área de almacenamiento el piso y debajo de los asientos, así como la nevera Chill Zone, detalle que ni con soborno alguien se negaría a criticar. Y como se trata de un vehículo de familia pero en una apariencia más dinámica, el Journey también aporta MyGIG, un disco duro que contempla el sistema de navegación del vehículo y sirve a la vez de hardware para almacenaje de entretenimiento.

El precio es el otro fuerte del Journey. Aún el modelo base —el SE—, por debajo de los $20 dólares, está bien equipado. Este modelo es el que viene con el motor de 4 cilindros acoplado a transmisión automática de 4 velocidades. Los modelos SXT y la versión R/T, empero se mueven gracias a una formulación con más coramina: motor V-6 con automática de 6. El motor de 4 cilindros tiene un cubicaje de 2.4 litros y genera 173Hp y 166 libras por pie de torsión, mientras que el V-6 es un 3.5 litros para 235 y 232. Esta planta rinde 15mpg en la ciudad y 22 en la carretera.

Existe la opción de transmisión All Wheel Drive también.

El Journey no provoca escalofríos de satisfacción visual, pero está bien dibujado y tiene personalidad. Y como buen Dodge que es, guarda más semejanzas estéticas con el resto de sus primos y parientes que la misma Chrysler. Uno de los grills más atractivos en el mercado hoy, y hace tiempo, es el de Dodge, y lo mismo desde la Ram que hasta el Caliber, es muy bien interpretado en las proporciones de cada uno de los modelos. En el Journey esto no fue excluido.

¿Cómo se siente el Journey? Pues, se ve más pequeño de lo que en realidad es, y a su volante se siente entonces que no es un vehículo comprimido. Hay definitivamente que meterse dentro para descubrir entonces su verdadera talla que, gracias a un milagro visual inexplicable, se le percibe más compacto.

Algunos de mis colegas han censurado el interior. No es una maravilla, pero tampoco lo criticable que puede ser la grande-por-gusto y 'plasticonaza' consola del Caliber —o del Jeep Compass—. Si nos obligan a ello podríamos decir que es modesto, pero un detalle lo salva —o me conquista—: el podio de la palanca de cambios.

Como en todo vehículo, según se asciende en los modelos, el Journey agrega amenidades. En general, incluye de abajo hacia arriba, operaciones eléctricas de uso —ventanillas, pestillos, retrovisores laterales…— luces con encendido automático, retrovisores térmicos con atenuador de destello, aros de aleación de 19 pulgadas, climatizador dual automático, telefonía Bluetooth, GPS, cámara para la marcha atrás, tapicería de piel de dos tonos, y hasta arraque remoto.

Mi unidad de pruebas tenía de todo. Es mejor que las fotografías expongan sus virtudes que todos los párrafos que podríamos gastar para ello. Pero sí no podemos obviar cómo se siente uno dentro, pues esto es capital para un auto de familia. Así, descubrimos que la posición de manejo es cómoda y que la segunda y tercera filas de asientos son reclinables. La segunda, en particular puede, desplazarse hacia delante, lo que permite a los padres en las butacas delanteras un poco más de cercanía con los chicos en esa bancada. Y precisamente la segunda fila de asientos ofrece tantas configuraciones que darían envidia a una contorsionista tailandesa, aunque para manipularla hay que familiarizarse antes con ella.

La seguridad es otro acápite importante, pero más importante lo es aún si se trata de un carro de familia. El Dodge Journey cuenta con abundantes bolsas de aire y sistemas de control de tracción y estabilidad para un ride más seguro...

El Dodge Journey representa una propuesta interesante y versátil a un excelente precio. Perspectivamente podría tener un gran valor de reducirse las ventas de las minivans de Chrysler a pesar de ser éstas, junto con la Totota Sienna y la Honda Odyssey los únicos best-sellers del segmento. Y también… ¿por qué no considerar al Journey una alternativa a los que se quedaron con los moños hechos cuando la Pacifica desapareció?

A continuación, ver el resto de las fotos:

El Dodge Journey trae una luminosa y muy eficaz linterna.