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Consejos para conducir en la nieve y en el hielo, sobre todo para quienes gustan vacacionar por carretera en la temporada más fría del año... helloooo, snow-chasers!

por PEPE FORTE, editor del Canal de Autos de iFriedegg.com y conductor del programa radial AUTOMANÍA de WQBA 1140AM Univisión Radio. Miembro fundador de SAMA.

Publicado en el invierno del 2007 en la revista SOBRE RUEDAS, y actualizado para este website en enero del 2010 y en enero del 2014.

 

El invierno es la peor estación del año para conducir. El mejor consejo para ponerse al volante durante una nevada es... no hacerlo. Quedarse bajo techo es lo más seguro, pero claro que no siempre ello es posible. Salir a trabajar, a hacer alguna gestión, e incluso disfrutar de la pautadas vacaciones invernales caen en la nunca negociable categoría de la 'necesidad'. Mas, investigaciones revelan que un alto número de conductores —lo mismo residentes que visitantes de zonas de frío— enfrentan el invierno negligentemente, e ignoran consejos como estos:

Antes de calzar usted los zapatos de nieve... ¡póngaselos a su auto! Los neumáticos de invierno son la primera e irrenunciable norma, no importa si gastó un dineral en esos carísimos cauchos "Toda Estación", que en la tienda donde los compró le dijeron que ¡oh!, ya usted no necesitaría nada más. Los cauchos All Season ayudan, pero están muy lejos de ser la bala plateada para la circunstancia porque, expuestos a temperaturas muy, muy frías, se vuelven rígidos y pierden tracción. Y tenga a mano un juego de cadenas para las ruedas en caso de tormenta severa, pero... ¡no olvide ensayar cómo se ponen antes de hacerse a la carretera!

Y aún no hemos terminado con los neumáticos: Chequee el buen estado del de repuesto en caso que su coche pre-histórico sea uno de los que todavía lo usa, y tenga siempre en su auto esas bombas de aire que trabajan con la electricidad del carro.

Si visita frecuentemente zonas de invierno rígido o vive ahí, adquiera ya, si no lo tiene, un vehículo con transmisión All Wheel Drive, los únicos eficaces sobre superficies resbaladizas. Aunque normalmente Audi, Volvo y Subaru no son vehículos de renta, estas marcas son las más eficaces en ese tipo de transmisión.

Si va a rentar un carro, preferentemente pida uno con este tipo de transmisión y también trate que tenga GPS o Sistema de Posicionamiento Global.

Como los teléfonos de hoy y el resto de dispositivos de conexión cibernética —dígase laptops y tabletas— vienen dotados de magníficos GPS's, a pesar de ello no excluya la solución a la antigua, que es tener consigo un buen atlas de carretera actualizado.

Preste atención al estado mecánico de su carro ya desde el otoño. No pueden faltar los fluidos anticongelantes, una batería joven para garantizar el arranque —se venden "abrigos" para protegerlas de las bajas temperaturas—, y mantenga en su auto cables de arranque. Los frenos no deben estar gastados, y procure luces y limpiarabrisas nuevos. La visibilidad, y que a usted lo vean bien los otros, es cosa casi de vida o muerte cuando se maneja en la nieve.
Ahora, abordemos "conductas" durante el invierno sobre ruedas: Puede parecer exagerado, pero aplique la mentalidad de náufrago, que eso mismo es ser sorprendido por una tormenta de nieve. Todo efecto o herramienta que pueda auxuliar en un naufragio —excepto un salvavidas—, también funciona aquí. Tenga a bordo su teléfono celular y el cargador para el auto y hasta de ser posible una batería cargada extra —en estos casos la comunicación puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte—, una linterna, un botiquín de primeros auxilios, cables de arranque, láminas reflectoras y una vela en contenedor de metal y cerillas, o simplemente un lighter o encendedor a gas. Y, naturalmente, buenos abrigos, con bufanda y, si puede, una manta para dentro del carro. No olvide los guantes y cubrirse la cabeza y las orejas.

Si su auto tiene espacio para una pala, llévela. Una raspilla para remover el hielo de los cristales también es imprescindible. Pero garantice su visibilidad: No haga con la espátula un ojo de buey en la ventanilla o el parabrisas, que usted lo menos que necesita es tener la visibilidad de un submarino...

Nunca intente fundir el hielo del parabrisas aplicando agua. Si el frío es intenso, se congelará antes que, al resbalar cristal abajo, llegue al borde inferior. Esto no hará otra cosa que añadir más capas de escarcha al parabrisas helado. ¡Y mucho menos se le ocurra vertir sobre el cristal agua hirviente!

Tenga siempre agua embotellada en el auto, pero remuévala del vehículo si se detiene en la noche para dormir de paso en un hotel, pues al volver al auto en la mañana, la encontrará congelada. Mas, si se queda varado en el tráfico, no tome tanto líquido, porque la necesidad de tener que salir a orinar complica las cosas.

Y sea un San Bernardo: Aunque en muchos estados es ilegal llevar bebidas alcohólicas incluso cerradas en la cabina del auto, tenga en el equipaje una botella de vino rojo o de algún licor fuerte como el ron, el whiskey o especialmente el cognac, pues un simple trago de uno de éstos le puede salvar la vida si usted queda rehén de la nieve en una carretera desierta durante una helada atroz.

Cada vez que tenga la oportunidad de llenar el tanque, hágalo. Las bajas temperaturas hacen a los vehículos más gastadores, y a veces no se sabe cuándo halleremos la próxima gasolinera.

Si detiene la marcha con el motor en funcionamiento, chequee cada cierto tiempo el escape del vehículo, pues de cubrirse de nieve terminaría enviando los gases a cabina para asfixiar a su ocupantes. Y aunque la nevada sea intensa, deje un puequeño resquicio de al menos media pulgada en una ventanilla y así evitara que el auto quede sellado por el hielo.

Lleve al auto un pequeño radio de baterías, y si en verdad no puede evitar salir en invierno, planee su viaje por las rutas más seguras y asistidas, esté al tanto de los partes meteorológicos, y mantenga contacto con sus familiares distantes.

Y tan importante como todo esto es observar los límites de velocidad —en estas circunstancias es mejor manejar por debajo de ellos— y, sobre todo, abrocharse el cinturón de seguridad, pues nunca un auto está más expuesto a embestir o ser embestido por otros que en el hielo y la nieve. Pero, si usted puede quedarse en casita, se ahorrará todos estos consejos.