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THE SINGING NUN: DOMINIQUE
La historia de
LA MONJA CANTORA
y su canción DOMINIQUE

 
Habría cumplido 80 años en octubre del 2013
 

Por PEPE FORTE/Editor de i-Friedegg.com,
y conductor del programa radial semanal AUTOMANIA
que se transmite cada domingo de 12:00pm a 1:00pm ET
por WQBA 1140 AM,
y de EL ATICO DE PEPE, de lunes a viernes de 5:00pm a 6:00pm ET,
por WAQI 710 AM,
en Miami, Florida, ambas emisoras de UNIVISION RADIO

Posted on Oct/2013

 

Sor Mary Luc-Gabrielle, una monja dominica belga, conocida como la “Monja Cantora”, es la única en la historia de la música que colocó un hit en la radio, vistiendo los hábitos. Su canción Dominique, del álbum Soeur Sourire (o “Sor Sonrisa”), trepó a los charts de 1963. Inmediatamente comenzó a aparecer en televisión y pronto se convirtió en una amada personalidad pública.

Su verdadero nombre fue Jeanne Paule Deckers, y nació en Laeken, un suburbio en el Noroeste de Bruselas, en Bélgica, el 17 de octubre de 1933. Aprendió a tocar la guitarra de niña, y aunque fue entrenada profesionalmente para los menesteres del magisterio, desde muy joven dio indicios de querer convertirse en monja. Así, en septiembre de 1959, ingresó a un convento en la ciudad de Waterloo, donde adquirió el ya citado nombre de Sor María Gabriela.

Durante su residencia en el convento comenzó a escribir e interpretar sus propias canciones, para placer de las hermanas y los visitantes, que pronto la animaron a que grabara, y así recaudar fondos para el retiro con la venta de los discos. De este modo la monja grabó en los estudios de Phillips en la capital belga la canción Dominique, que pronto se convirtió en un hit internacional. Para 1962 la melodía había vendido cerca de 2 millones de copias. Enseguida su autora e intérprete, conocida en los escenarios como Sor Sonrisa —por el nombre del disco—, se convirtió en una celebridad mundial, hasta el punto de presentarse en el show de Ed Sullivan el 5 de enero de 1964, antes que Los Beatles lo hiciesen allí.

Dominique fue así el primer No.1 de Billboard de un artista belga.

 

La canción es sobre San Domingo, San Doménico o San Dominic, el padre fundador de la Orden Dominica. Pegó tan fuerte que, del original en francés, se desdobló en versiones en inglés, alemán, hebreo, portugués y japonés. La primera emisora norteamericana en que se convirtió en Number One fue en la antológica WLS de Chicago en el 890 de AM, donde permaneció en primer lugar por 4 semanas consecutivas entre el 7 y el 28 de diciembre de 1963. Junto con “Sukiyaki”, de Kyu Sakamoto, la versión de “La Guantanamera” de The Sandpipers, “Lo Mucho que te Quiero” de Rene & Rene’s, y “Eres Tú”, de Mocedades, es una de las canciones que en un idioma que no es el inglés estuvo en las listas de popularidad norteamericanas.

En 1965, en la sexta entrega de los Premios Grammy, Dominique se alzó con el galardón a la Mejor Grabación Religiosa.

El caso de una monja cantante no volvió a repetirse hasta 1974, cuando sister Janet Meade, australiana nacida en 1938, logró introducir en el American Top 40 una versión rocanrolera del Padre Nuestro, bajo el título de The Lord's Prayer. La pieza entró en el conteo el 23 de febrero de 1974, y logró el No. 4 como la posición más alta en el AT40 del 13 de abril de ese mismo año.


En 1966 se estrenó una película sobre la historia de la Monja Cantora belga, titulada The Singing Nun. Debbie Reynolds fue la protagonista, junto al galán mexicano Ricardo Montalbán. Pero Sor Sonrisa dijo que la cinta era mucho más ficción que realidad.
 

Con la fama y el gran público que reclamó más música de la monja cantora, aparecieron también complicaciones y demandas del exigente universo discográfico. Se produjo una batalla comercial entre cuál nombre habría de ser el “oficial”, si el de La Monja Cantora o el de Sor Sonrisa. Pero como Luc-Gabrielle pronto se dio cuenta que no podían coexistir sus votos con la música, dejó el convento en 1966. Se dice que en realidad ella no quería irse, sino que sus superioras la obligaron a hacerlo al ver lo mundanal en que se había vuelto su existencia. Entonces se convirtió en Jeanine Deckers, y grabó un segundo disco… al que no le fue tan bien como a Dominique.

Y a los otros... tampoco.

 

En esa época se reencontró con Anne Pecher —11 años más joven, a la que había conocido antes en el catecismo—, con quien se mudó y vivió el resto de sus días, unión que mucha gente percibió como innegablemente lésbica. Sin embargo, biógrafos de la ex-monja han escrito que cuando se juntó con la muchacha —que entonces tenía 22 años— le advirtió que no esperara de ella relaciones sexuales, sino una gran amistad porque aunque abandonó el convento, no había renunciado empero a sus votos de castidad. Pero los diarios de Jaenne Paule traslucen que sí se produjo finalmente entre ellas el intercambio carnal tras unos 14 años de resistencia, alrededor de 1980.

 

Según fueron avanzando los años, Deckers se fue haciendo más liberal respecto de los lineamientos de la Iglesia, y a menudo una acre crítica de ella, así que para los 70 planteó una reforma para ésta y se convirtió además en una fuerte defensora de la contracepción, aunque no del aborto.

Mas la vida de Deckers no era precisamente una sonrisa. Las cosas empeoraban en todas direcciones. Para colmo de angustias, comenzó a ser perseguida por el gobierno belga por atrasos en los pagos de impuestos derivados de las regalías de su música; para finales de los 70 se citaba puntualmente la deuda de $63 mil dólares.

Poco importó que sus abogados aludieran que como del dinero de la venta de sus discos una parte se la quedaba la discográfica y la otra el convento, ella no era susceptible del reclamo.

 

Endeudada, olvidada, sin empleo, acosada por el sistema tributario, y casi literalmente muerta de hambre, ella y su compañera se suicidaron con un cóctel de píldoras y alcohol el 29 de marzo de 1985. Junto a las mujeres las autoridades hallaron una nota que decía que ya no podían “resistir más la adversidades de la vida”. También, Deckers pidió que las enterraran juntas y que deseaba un funeral por la iglesia...

Tenía 51 años.

Sus restos se hallan en el Cementerio de Cheremont, en Wavre, Bélgica, donde murió. Sobre su tumba se lee el epitafio “vi a su alma cruzar las nubes”, que es un extracto de la letra de una de sus canciones.

Esta es el siempre recordado estribillo de la letra original en francés de Dominique:

Domi-nique -nique -nique
s'en allait tout simplement,
Routier, pauvre et chantant.
En tous chemins, en tous lieux,
Il ne parle que du Bon Dieu,
Il ne parle que du Bon Dieu.