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2005 CHRYSLER PT Cruiser Convertible: Después de negarlo (aunque no tres veces), finalmente llegó...

¿Tiene usted por ahí un CD de los Beach Boys?

Por PEPE FORTE/Editor de i-Friedegg.com y conductor de AUTOMANIA por WQBA 1140 AM Univision Radio.

Published in LetsTalkCars.com and The Car Connection en Español 2004/2005

Primero fue solo un concept car. Con gran desánimo la legión de admiradores que el PT Cruiser de techo duro conquistó ipso facto tras su salida y que soñó inmediatamente con una versión convertible se vio exclamando un ¡oh! de desilusión cuando DaimlerChrysler anunció que no planeaba un descapotable del auto, y que si se le veía así alguna vez en las salones de exposición (como de hecho ocurrió) no pasaría de la fase experimental.

Afortunadamente luego los amantes de este auto atractivo no se tuvieron que quedar con la boca hecha agua, pues como modelo 2004 el PT Cruiser por fin llegó a los showrooms de los concesionarios en edición convertible.

¿Qué razones tendría la compañía para rechazar la idea de un PT Cruiser descapotable, especialmente cuando a todas luces era evidente que el vehículo tenía madera para serlo? Las razones podrían ser muchas. Una de ellas, tal vez, temor al canibalismo, es decir, que el Cruiser convertible le “robara” ventas a su compañero el Sebring descapotable, o viceversa, fenómeno que a menudo ocurre. Pero eso ahora no importa porque el fabricante decidió prestar oídos a los reclamos de los consumidores y hoy ha quedado demostrado que el público del Sebring sin techo es uno y el del PT Cruiser a cielo abierto es otro. Por otro lado, hay que elogiar la estrategia de mercadeo de DaimlerChrysler, porque aunque el PT Cruiser probablemente es la reinterpretación retro más exitosa de esa tendencia de los últimos años, no deja de ser una jugada riesgosa porque… ¿puede acaso el PT Cruiser por encima de su diseño radical transformarse a sí mismo? De tener esta pregunta una respuesta negativa, lo inteligente con tal de “salvar” al vehículo es hacer cambios desde adentro hacia afuera y/o crear nuevas variantes del coche a partir de su identidad. De ahí pues que el PT Cruiser ahora (incluido el de techo duro) ofrezca una versión Turbo y también haya debutado como convertible. Ésas son algunas de las mejores maneras de mantener vigente al vehículo…

Entonces, ¿veremos más adelante la anticipada versión sportywagon del PT? Hum… hay que esperar.

Pero vayamos al sujeto: El flamante convertible del coche no es exactamente una versión del original de techo duro a la que le arrancaran éste para sustituirlo por uno de lona. Los ingenieros de Chrysler tuvieron que hacer varias modificaciones primero. El parabrisas es una pulgada más corto que el original y perdió una y media en largo y en altura, pero ganó dos en ancho. ¿Otros cambios notables?: Los bumpers son ahora del color del auto, se añadieron nuevos rims de más diámetro y las puertas —que ahora son dos—, tuvieron que ser rediseñadas. Igualmente, se le agregó la célebre empuñadura de bola nacarada o plateada a la palanca de cambios aún en la versión de transmisión automática, ya que esto era antes característica sólo de la manual.

Más retro que nunca:

PT significa Personal Transportation. El PT Cruiser convertible reafirma su condición retro. El PT está basado en el diseño original de un Ford de 1937 y no en el magnífico Chrylser Airflow del mismo año, lo que con toda lógica debió haber sido. Pero su onda retro fue y sigue siendo su impronta más notable. Y quizás su máximo atractivo radique ahora en que en versión descapotada luce más retro aún que el de techo duro. El tercio trasero del vehículo es desafiantemente ‘cuarentón’ —quizás incluso hasta mas parecido a los tempranos 30— gracias a la fusión de líneas de la parte baja trasera y su articulación con el perfil de la capota.

La tapa del baúl y su sistema de bisagras fue resuelta de una manera ingeniosa y, detalle importante: es un convertible igualmente atractivo abierto que cerrado.

El color tiene su protagonismo en la apariencia más o menos acentuada del vehículo. La paleta ofrece nuevas presencias cromáticas. Así, el célebre púrpura otrora presente en el hiperkinético Prowler, integra ahora la selección. Pero probablemente la combinación mas llamativa y que más destaca su aliento retro es la de capota negra con carrocería blanca. Nuevamente —ya que hace dos años fue suprimido—, el color exterior toca el interior en los paneles de la pizarra.

Las butacas fueron rediseñadas y son exclusivas del modelo convertible. La capota, que tomó prestada del bellísimo Sebring convertible, es fácil de operar y se abre o cierra con un solo botón previa liberación o sujeción del anclaje en el borde interior del parabrisas.

El motor de 2.4 litros turbo cargado de 205 caballos de fuerza de potencia y torsión de 225 lb x pie es, es animoso y puede estar acoplado a transmisión automática o manual de 5 velocidades, que acaso sea el matrimonio perfecto para un manejo más vigoroso y divertido. La potencia del vehículo no sólo es real sino emocional: su porte es más muscular, aunque el PT Cruiser no abandona por ello su aspecto simpático y en ciertos ángulos, hasta ingenuo.

El coche se ve integral, coherente en forma, al punto que podría decirse que de la historia de la compañía es probablemente el vehículo mejor dibujado después del mencionado arriba Airflow de los años de la autoría del genial Carl Breer.

Siendo básicamente un Dodge Neon, el PT Cruiser convertible se percibe al rodar más grande que aquél. Su desplazamiento es fluido y estable. Sin embargo, me gustaría que en el futuro DaimlerChrysler trabajara un poco más en las vibraciones del carro, ligeramente perceptibles en el retrovisor central interior.

Como herencia del Sebring, el PT convertible ofrece un asiento trasero cómodo y accesible, lo que no es típico de este tipo de vehículos, en muchos de los cuales viajar “allá atrás” se convierte en una experiencia miserable, como estar castigado en una suerte de noveno círculo rodante del infierno de “La Divina Comedia” de Dante. Es curioso que el arquitectural arco que nace en los pilares B y que lo cruza de lado a lado por encima de la cabeza de los ocupantes no dificulta acceder al asiento trasero. Este puente, además, resulta muy agradable como elemento interno una vez cerrada la capota.

Preferido por todos:

¿Es un auto femenino? Podría pensarse que sí, atendiendo a su forma, como le ocurre al VW Cabrio. Pero aunque la respuesta del público femenino es favorecedora al Cruiser con techo de quita y pon, este convertible tiene un raro apelativo al mercado masculino, que ha respondido satisfactoriamente a su lanzamiento. La razón de ello es la indiscutible versatilidad del nuevo PT.

Desde el punto de vista de venta y mercado, el flamante coche apela incluso a quienes nunca antes habían considerado adquirir un “conv”. Su espacio interior —más amplio que el de muchos de sus competidores— no pasa inadvertido para los prospectos. Los convertibles son autos para el placer, y el placer sacrifica muchas cosas, pero no así el Cruiser convertible. Los asientos (y esto es una particularidad que se va haciendo típica en el line-up de vehículos de Chrysler) pueden ser reconfigurados en 9 variantes y cuenta además con un túnel que comunica el maletero con la cabina. Con un precio que promedia unos medios 20 grandes, entre las amenidades destacan las ventanillas y pestillos eléctricos, magnifico estéreo, cristales ahumados ‘Smart’, lámparas de cortesía en la barra central de seguridad (lo que lo hace uno de los pocos convertibles con luz en el techo interior), acceso sin llave y otras complacencias.

Sobre seguridad, el convertible tiene frenos ABS y bolsas de aire. Ensamblado en la planta de Toluca, en México, el PT Cruiser cuenta con un terminado encomiable.

El PT Cruiser no puede ser menos de lo que es, pues faltaría a su estirpe. El primer convertible con capota automática de Estados Unidos fue un Plymouth de 1939. Hasta mediados de los 80 al Chrysler LeBaron se le llamó con toda justicia el convertible de América, y más recientemente el exitoso Sebring es el sin capota preferido por las flotillas de autos de renta en todas las ciudades de Norteamérica.

Una apreciación personal y una feliz coincidencia:

Cuando recibí el PT Cruiser convertible para probarlo, no sé por qué no pude evitar asociarlo mentalmente con las canciones de los Beach Boys. Sí, era el Little Deuce Coupe ideal para subir a bordo a las Californian Girls (Barbara Ann incluida) e irse en Good Vibrations a Surfin’ Safari, All Summer Long bajo The Warmth of the Sun. Y cuando con esas ideas encendí el PT convertible, bajé la capota y sintonicé una emisora de oldies, ¿puede adivinar qué canción estaban tocando? Pues Fun Fun Fun de los Beach Boys. Ojalá que Chrysler usara la música de Beach Boys en los comerciales del PT Cruiser convertible, o que obsequiara a cada comprador del vehículo un CD de los Greatest Hits de la banda. Wouldn’t It Be Nice..?

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