CLICK HERE OR ON BANNER BELOW TO RETURN TO ARTICLES INDEX

 

Por PEPE FORTE/Editor de i-Friedegg.com,
y conductor del programa radial semanal AUTOMANIA
que se transmite cada domingo de 12:00pm a 1:00pm ET
por WQBA 1140 AM, y de EL ATICO DE PEPE, de lunes a viernes
de 5:00pm a 6:00pm ET, por WAQI 710 AM,
en Miami, Florida, ambas emisoras de UNIVISION AMERICA

Posted on Feb.25/2013

La noche del domingo 24 de febrero del 2013 se celebró la octogésimoquinta entrega de los Premios Oscar desde el Dolby Theatre en Los Angeles, California. 85 episodios de la ceremonia se han materializado, a caballo de los cuales viajan no sólo muchos cambios sino una historia interesantísima que bien vale la pena una inmersión en lo que podría considerarse la gran noche de la televisión norteamericana.

Al citar la televisión, pues precisamente ya por ahí hay que comenzar a hacer una apreciación de peso: En un principio, de acuerdo con el año de la primera ceremonia (1929), en que todavía no existía la televisión, los Premios Oscars tenían su caja de resonancia exclusivamente en la prensa plana, léase los periódicos; ni siquiera las revistas o la radio.

Las primeras imágenes de televisión del mundo, aunque de un modo muy rudimentario, se transmitieron en New York en 1928. Para 1939, ya puede hablarse de televisión en el país que la inventó —Estados Unidos—, pero para entonces la mayoría de sus primeros testigos —¿les llamamos ya televidentes?— lo fueron peatones que contemplaron admirados demostraciones en las vidrieras o escaparates de algunas tiendas. Pero vino la guerra, que puso al medio en hold hasta que, concluida la conflagración mundial, fue en 1947 cuando se puede certificar el arranque de la tele como la conocemos hoy, y claro que como nación pionera del fenómeno ésta lo fue Estados Unidos.

Por eso es que en realidad, una valoración de la ceremonia de los Oscars, de la manera en que le conocemos hoy, más que por el hecho en sí cuyo propósito es reconocer y honrar a obra cinematográfica y sus gestores, tiene que pasar diamatalmente pues por la emisión televisiva de la premiación, porque eso es los Oscars… el show.

Los Oscars representan pues el non plus ultra de la pantalla chica en los Estados Unidos. No por sus niveles de teleaudiencia —que en eso sigue siendo el rey el Super Bowl—, aunque son también altos en verdad, sino por su puesta en escena, por su producción, dirección, iluminación, decorados, etc. Además, lo que duran —generalmente cada ceremonia rebasa las 3 horas—, y por la cantidad de segmentos que incluye, lo que convierte al show en un verdadero reto de coordinación. Tampoco se pude olvidar que a menudo compite en la presentación con el cine en efectos especiales, pero a diferencia de éste, no se realizan en laboratorio sino en vivo, y esto es todo un desafío. Y qué paradoja también: un medio basado en imágenes al igual que el cine, y que rivaliza con él desde su génesis, es pues su mejor vector.

La primera transmisión televisiva de los Oscars ocurrió el 19 de marzo de 1953, en la vigésimoquinta entrega de éstos desde el Pantages Theatre en Los Angeles, y que vieron ya pues nada menos que 40 millones de televidentes.

Los animadores en la oportunidad fueron Bob Hope y Conrad Nagel, y la película premiada fue The Greatest Show on Earth. Al año siguiente, la audiencia trepó a 43 millones y, desde entonces y hasta el presente, podría decirse que 40 millones es el promedio de televidentes de los Oscars. En 1998, el año en que ganó Titanic de James Cameron, se llegó al récord nunca igualado de 57.25.

La primera televisora de Los Oscars fue NBC que, intermitente con ABC, la actual poseedora de los derechos de transmisión hasta el 2020, se ha disputado con aquella la emisión del espectáculo.

Los Oscars se transmiten a todos los Estados Unidos en vivo, menos en Hawai, y en Alaska comenzó a verse así sólo desde el 2011.

Desde que la televisión comenzó, optó por transmitir grandes ceremonias como ésta y los Premios Grammy a la música, antes de la primavera, capitalizando en el hecho que durante los meses más fríos del invierno —de enero a marzo—, la asistencia a las salas de cine merma porque la gente a consecuencia de la bajas temperaturas y la nieve prefiere quedarse en casa. Pero después de más de 60 años de ceremonia por televisión a finales de marzo o principios de abril, el calendario se movió desde el 2004 a finales de febrero —como ocurrió ahora en la edición del 2013—, o a principios de marzo, en el afán de acortar el tiempo de cabildeo de los interesados a favor de la nominación o el premio. No hay que olvidar que el Oscar contempla las películas nacionales que fueron estrenadas en Los Angeles entre las medianoches del 1ro. de enero y el 31 de diciembre del año previo (sin embargo, en los años de origen, en las primeras 6 entregas, contemplaba películas estrenadas dentro del marco de 2 años). Los filmes foráneos sin embargo no están sometidos a esta regla.

Igualmente, desde 1999, la ceremonia se pasó de los domingos a los lunes para que no contribuyera a más tráfico en el rush hour de Los Angeles y se adelantó media hora —a las 8:30 pm Hora del Este, 5:30 pm Hora del Pacífico—, con tal de que los televidentes de la costa atlántica no se fueran a la cama más tarde o por tener que hacerlo apagaran el televisor, perdiéndose pues el plato fuerto del evento, la revelación de La Película del Año.

Ni siquiera la guerra, que paralizó muchos aspectos de la vida norteamericana —como por ejemplo, la industria automotriz— sacó de agenda a los Oscars. Desde 1929 hasta el 2013 dejó de efectuarse una sola entrega, la de 1933, y la del 30 de marzo de 1981 fue pospuesta por un día por el atentado al entonces presidente Ronald Reagan en Washington D.C.

La primera entrega de los Oscars, el 16 de mayo de 1929, fue una ceremonia privada en el Hollywood Roosevelt Hotel y asistieron tan sólo 270 personas. Los tickets para los invitados costaron $5.00 dólares y esa noche fueron otorgadas 15 estatuillas. El primer Mejor Actor galardonado fue Emil Jannings, por sus papeles en The Last Command y The Way of All Flesh. La película premiada fue Wings, una cinta silente sobre la aviación militar en la Primera Guerra Mundial, producida por Paramount Pictures en 1927, con Clara Bow en el rol principal. Curiosamente, en aquel año fue que se estrenó la primera película sonora del mundo, The Jazz Singer.

En los primeros Oscars, no los nominados sino los ganadores, se anunciaban en la prensa tres meses antes. Ya en la segunda entrega y por una década los resultados eran entregados a la prensa a las 11 de la noche de la premición, pero cuando en 1940 Los Angeles Times se las arregló para revelar anticipadamente la lista de los ganadores, al año siguiente la información fue hermetizada y adoptada la regla que prevalece del sobre lacrado.

En nuestros días se anuncian los nominados a finales de enero. Esto ocurre desde el 2004, pues anteriormente se hacía en los últimos días de febrero, fecha en la que ahora podría afectuarse la ceremonia. Seis semanas después de anunciados los nominados tiene que celebrarse la entrega. Todo esto se hace para acortar el tiempo de cabildeo de entidades privadas en favor de uno u otro candidato.

Sólo 10 películas son seleccionadas para premiación.

El modo en que se conduce la ceremonia ha cambiado mucho desde sus inicios hasta el presente. Más solemne y casi litúrgica en sus orígenes, comenzó “a soltarse” y a incluir una creciente dosis de humor por parte de su presentador desde que Bob Hope hiciese la primera tal cual en la era pre-tele en 1940. Otros comediantes o actores o actrices con una vis cómica han hecho de maestros de ceremonia, como Jack Lemmon, Carole Burnett, Sammy Davis Jr., Johnny Carson, Steve Martin y Dudley Moore. Pero de esta cuerda sin embargo el más memorable de todos es Billy Crystal, quien ha conducido el espectáculo así entre 1990 y 1993, entre 1997 y 1998, en el 2000, en el 2004, y el año pasado. En el 2013 lo hizo Seth McFarlane.

Por 15 ceremonias consecutivas Los Oscars se entregaron en hoteles de lujo de L.A., pero desde 1944, cuando ya los invitados no cabían en los salones de recepción de los hospedajes, comenzaron a efectuarse en salas de teatro y la primera de éstas fue el célebre Grauman’s Chinese Theatre. Otras plazas de este tipo importantes han sido el citado Teatro Pantages y Shrine Auditorium. Desde el 9 de noviembre del 2001 en que se inauguró, los Oscars se acomodaron en el Kodak Theatre, pero que a causa de problemas económicos ahora se llama Dolby Theatre y allí fue donde se efectuó el acto del 2013.

Hasta la ceremonia no. 83 de los Oscars —la correspondiente al año 2011—, se habían entregado un total de 2,809 premios.

Aunque mucha gente no lo crea, Los Oscars se llaman Los Oscars… desde el 20 de febrero de este año en que el nombre fue oficialmente matriculado. Hasta entonces el nombre era Academy Awards, los Premios de la Academia.

¿Academia?

Sí, la Academy of Motion Picture Arts and Sciences (Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas o AMPAS, por sus siglas en inglés), fundada por los estudios MGM o Metro-Goldwyn-Mayer, uno de los primeros de cine del mundo, que nace de la fusión de los fundadores Louis Burt Mayer, Marcus Loew y Samuel Goldwyn.

Sin duda, uno de los más grandes —e intrigantes— atractivos de los Oscars es precisamente el trofeo.

El Oscar es una estatuilla de base de material mineral negro bañado en oro que mide unas 13 pulgadas de alto (34 cm) y pesa 8 libras y media. Se trata de un caballero que empuña verticalmente una espada cruzada, de pie sobre un carrete de película que tienen 5 hoyos, cada uno de los cuales representa las ramas originales de la academia en lo que a cine respecta: actores, escritores, directores, productores y técnicos.

El diseño original es del artista Cedric Gibbons que trabajaba para MGM en 1928. La que luego sería su esposa, la actriz mexicana Dolores del Río, le presentó al director y actor mexicano Emilio "El Indio" Fernández, en quien Gibbons pensó inmediatamente como modelo de la estatuilla.

Reacio primero, Fernández finalmente aceptó posar desnudo para el escultor George Stanley, quien hizo la figurilla.

El trofeo lo funde la R.S. Owens & Company de Chicago.

El origen del nombre todavía se discute. Se dice que Bette Davis cuando vio la estatuilla dijo que le recordó a Oscar, su primer marido, el director de orquesta Oscar Nelson, y lo mismo expresó en 1931 la secretaria de la academia Margaret Herrick, que dijo que se parecía a su tío o primo Oscar. El caso es que desde 1939 le llaman públicamente así.

A partir de 1950 la Academia prohibió que las estatuillas pudiesen ser vendidas o subastadas por el galardonado o sus herederos. En caso que éstos deseen hacerlo, tienen que devolverla a la Academia, que le pagará $1.00 dólar —sí, un dólar—por ella. En diciembre del 2011, la academia no pudo impedir que la familia de Orson Wells subastara el Oscar concedido a él por el Mejor Guión a la película Citizen Kane de 1941, porque éste no había firmado la limitación inexistente por entonces.

En la historia de los Oscars se han registrado a través de la pantalla chica varios incidentes memorables que van desde lo conmovedor a lo desconcertante. Entre ellos, cuando en 1988 Cher se llevó toda la atención al lucir aquel vestido que revelaba casi con desnudez su cuerpo, al ganar la estatuilla a la Mejor Actriz por su papel en Moonstruck.

Igualmente, la presentación en silla de ruedas del cuadraplégico ex-Superman Christopher Reeve tras su accidente ecuestre; el Oscar a Tatum O’Neil en la cinta Paper Moon junto a su padre Ryan, que con tan sólo 10 años resultó premiada y es hasta hoy la estrella más joven con una estatuilla, y la eufórica reacción del director italiano Roberto Benigni que fue agraciado como el mejor actor en su película La Vita é Bella, en la entrega de 1999, y cuyo entusiasmo le impulsó a caminar sobre las lunetas (en ese momento no existía la restricción del 2010 de limitar a 45 segundos el discurso de aceptación del premiado). Y en la ceremonia del 2013 el tweeter más frecuente fue el comentario y la foto de la actriz Anna Hathaway, cuyo vestido rosado destacaba nítidamente sus pezones.

Uno de los momentos más apreciados por la audiencia es el llamado In Memoriam introducido en 1993 y que honra a las personalidades relacionadas con el cine en el mundo entero que murieron el año antes.

La ceremonia de los Oscars, a 85 años de existencia continúa siendo uno de los eventos televisivos mas esperados del año en Estados Unidos, y en muchos países se sigue con igual atención.

 
A continuación tres impresiones gráficas
de momentos de Oscars de otros años citados arriba: