DONNA SUMMER...
su última pieza.

Por PEPE FORTE/Editor de i-Friedegg.com,
y conductor del programa radial semanal AUTOMANIA
que se transmite cada sábado de 2:00pm a 3:00pm ET
y cada domingo de 12:00pm a 1:00pm ET,
y de EL ATICO DE PEPE, de lunes a viernes de 6:00pm a 7:00pm ET,
ambos por WQBA 1140 AM,
en Miami, Florida, una emisora de Univisión Radio

Posted on May 17/2012

Donna Summer murió el 17 de mayo de 2012, en su casa de Key West, en la Florida, a los 63 años, víctima de cáncer del seno, condición que mantuvo bajo estricto secreto. Otra gran pérdida, otra voz irrecuperable, insustituible, irreemplazable.

En agosto de 1999, el editor de este website, a la sazón director de la revista MERCADO DEL DISCO, publicó esta crítica del por entonces recién salido al mercado CD y video DONNA SUMMER, LIVE and MORE ENCORE, en la sección Musica/USA. Baste "subir" hoy este artículo a iFriedEgg.com como una suerte de homenaje a la Reina del Disco y que, afortunadamente —si se pudiese decir así para la penosa ocasión—, contempla la historia de la estrella. Que suene para Donna Summer pues... the Last Dance.

 
Donna Summer,
Live and More Encore!

Mea culpa... mea culpa...
Para qué lo voy
a negar: La odiaba; no me gustaba la música disco. Ni siquiera dos décadas atrás, cuando barría charts y yo tenía 20 años. ¡Qué alegría ver por la tele cómo, por entonces, una multitud de enfurecidos rockers le caía literalmente a cañonazos a un montón de cajas de LP’s de música disco, y que luego bárbaramente les pegaban fuego en aquel stadium de baseball, lo que se conoce como el Comiskey Park Incident! (1). Toda una temeridad, cuando reinaba Studio 54. ¿Que qué sentía pues por la “Reina del Disco”, Donna Summer? Imagíneselo...

A dos décadas ahora... cuánto me arrepiento.

El caso es que, tal vez por nostalgia, o por no sé qué, me ha dado últimamente por sumar a mi colección de CD’s, a Village People, a Alicia Bridge, a Gloria Gaynor y —sí—, a Donna Summer. Especialmente, después de su concierto Live and More Encore!, de la Cadena VH1.

Estupenda presentación y CD
Live and More Encore!, bajo la bandera de Sony Music, comparte el título del disco Live and More! de la Summer, de 1978, aunque pienso que habría sido más justo titularlo Live And More Improved!, pues es uno de los mejores CD's y VHS's(2) de este año. Donna Summer, ahora una full body woman, vestida de señora, no ya lo morena diva sexy como lo fue a mediados de los ‘70, estuvo impecable: afinación perfecta, control absoluto de la voz, potencia y fluidez.

El CD, de 13 canciones, incluye dos nuevos studio tracks. Arranca con MacArthur Park y termina —of course— con el más notable hit de D.S: Last Dance. Pero, in between, un recorrido de sus grandes éxitos, como I Feel Love; Hot Stuff; Bad Girls, y otras. Fuera quedó, naturalmente, la “caliente” Love to Love You Baby(3), cuya inclusión habría sido de mal gusto (¡después de todo lo que pasó!). Y también falta Heaven Knows, una ausencia inexplicable. Momento interesante fue la interpretación de Dim All the Lights, canción que la Summer escribió originalmente para Rod Stewart, para la que, a propósito, no sólo imitó la típica voz rajada de la superestrella británica e insertó en la letra a Maggie Mae (el éxito más grande de Stewart) sino que reveló la historia. Pero el highlight de la presentación es No More Tears (Enough is Enoug). La Summer se hizo acompañar de la joven cantante australiana Tina Arena. Esta versión es mejor que la original de 1980, que la Streisand —lo siento— arruinó con una parada de alardes vocales, a la que por momentos arrastró fatalmente a Donna.

El sonido, tanto del CD como del VHS, es cual los Live! de antes: suena como grabado de línea, con los ruidos ambientales de un concierto, y no como los ‘en vivo’ del presente, sordos y aplastados, como si uno estuviera allí. De criticar, tal vez sólo la desafinación del fraseo de guitarra de Hot Stuff, y el inaudible silbato de Bad Girls.

Queen of Disco
Donna Summer, cuyo verdadero nombre es Ladonna Gaines, nació en Boston, Massachusets, EE.UU., el 31 de diciembre de 1948, en una familia extremadamente religiosa. Sus raíces musicales son el gospel y el rock. En su juventud cantó en algunas bandas de rock locales.

En 1968 audicionó para el papel de Sheila en el musical de Broadway "Hair", pero se lo dieron a Melba Moore. Sin embargo, poco después le ofrecieron el mismo rol para la versión alemana del show, por lo que se mudó a Alemania —allí aprendió a hablar fluidamente la lengua del país—, y también interpretó Porgy and Bess. Allá se casó con el actor austríaco Helmut Sommer, lo que explica lo de ‘Summer’, una versión americanizada del apellido adquirido del marido.

Sus primeros discos, Hostage y Lady of The Night, para la casa Oasis, de Münich, no le consiguieron el estrellato...

De vuelta a Estados Unidos hizo backing vocals para Three Dog Night, pero la fama le llegó en 1976 cuando la radio de Estados Unidos se ruborizó al escuchar Love to Love You Baby, una melodía decorada con gemidos de reconocible satisfacción sexual, que escandalizó por igual a la familia de la artista que a los oídos moralistas de la nación. “Me daba vergüenza que mi padre pensara que era su hija la que cantaba eso”, evoca hoy la Summer.

Como —rubores y todo de por medio ya bajo el sello Casablanca—, Love to Love You Baby vendió un millón de copias en un abrir y cerrar de ojos, para 1977 sus productores acudieron a una fórmula semejante con I Feel Love y Down Deep Inside, ésta última, una pieza de —¡y dale!— evidente título sugestivo. Y al año siguiente debuta en Thanks God Is Friday, de donde salió Last Dance.

MacArthrur Park Suite
Pero el peak de fama de la Summer se enmarca entre 1978-79, con el revival de MacArthur Park, de Jim Webb, una composición que su autor concibió como parte de una cantanta cuando tenía el corazón destrozado: Webb había roto su candente relación con Susan Rondstadt —sí, la prima de Linda Rondstadt—, con la que se encontraba para romancear con ella a la hora del lunch en el célebre parque homónimo de Los Angeles, en California. La obra no fue a ningún lado... hasta que la Summer la reflotó. Y cómo.

Igual, grandes fueron otros éxitos de Summer, como la roquera Hot Stuff, y las también citadas ya Bad Girl, y Enough is Enough. Así, Donna Summer se corona The Queen of Disco.

Mas, una cosa era mirar hacia el trono, y otra desde el trono...

Comienzan a revelarse las estrías del stress, de la falta de autonomía. “Yo era un muñeco —recuerda Donna—. Me indicaban qué me tenía poner, cómo me tenía que peinar, qué tenía que decir, y qué no”. La artista colapsó.

En 1980 Donna entra en pleito con Casablanca y firma con David Geffen.

Una nueva Donna Summer
Los ‘80 registran un cambio en la cantante, que se inclina más al gospel, al soul. Nacen hits como On The Radio y The Wanderer, pero inicia a la vez su mutis. La Disco Music está en franca picada. Premonitoriamente, la canción No. 1 del año fue My Sharona, de la banda The Knack, a todas luces una pieza rocanrolera de principio a fin.

Arriba: Copia facsimilar del archivo de este autor de la hoja de trabajo con el Top 10 de la edición extraordinaria de fin de año de 100 posiciones del AMERICAN TOP 40 de Casey Kasem, transmitido el 29 de diciembre de 1979, en la que se aprecia a My Sharona en el No. 1 del año, seguido por Donna Summer en el 2 con Bad Girls. Nótese que la mayoría de los otros 8 lugares son de música disco.
 

En 1983 sale lo que podría calificarse como su última canción mayor: la feminista She Works Hard for the Money, producida por Quincy Jones, melodía que ya en la ‘edad de oro’ de MTV, contó con un excelente vídeo musical.

Pero en esta época, muerde el polvo. Hizo una desafortunda declaración en la que dijo que el AIDS (el SIDA), por entonces angustiastemente galopante, era un castigo divino a la promiscuidad homosexual. Los gays, ofendidos, le retiraron el apoyo que le brindaron al principio de su carrera —la candente Love to Love Yoy Baby, censurada en los medios empero era una suerte de himno en las discotecas y "baños" gays—, y Donna se vio obligada a emitir una amarga disculpa pública.

La Summer se aparta de la industria hasta que en 1987 regresa con la pegajosa Dinner With Gershwin; I Dont Wanna Get Hurt y This Time I Know It’s For Real (1989). ¿Los ‘90? Casi nulos musicalmente hablanndo para ella, que se dedica a la pintura.

The Last Dance
Si usted es de los que —como este servidor— recién revisita desde la nostalgia —y el arrepentimiento— a la música Disco, o si por el contrario, le gustó en su momento y siempre, le recomiendo Live & More Encore! —ambos, el CD y el VHS.

En cuanto a Donna Summer, de nuestra parte, arrepentido de todo lo que pensé de ella en el pasado, si la encuentro algún día, no me va a quedar más remedio que cantarle, a riesgo de que no entienda ni jota, aquel viejo bolero que dice, si acaso te ofendí, perdón... perdón... tal vez a ritmo de música disco.

 

NOTAS:
(1) El Comiskey Park Incident, también conocido como The Comiskey Park's Demolition Derby Night, ocurrió la noche del 12 de julio de 1979 durante un juego de los White Sox en su stadium, que abrió el DJ Steve Dahl, momento en que detractores de la música disco —unos 50 mil asistentes—, le pegaron fuego a cientos de albums del estilo. El acto fue considerado por algunos críticos no como uno simple y trivial ejecutado por fanáticos del rock and roll ofendidos por la creciente popularidad del Disco, sino como una enmascarada manifestación de racismo y de odio, porque la mayoría de los intérpretes y consumidores del género objeto de su rabia eran afroamericanos, homosexuales y mujeres.

(2) ¿VHS? Aunque en esa época ya existía el DVD (mas no el BlueRay) todavía el mainstream de los archivos de video se basaba en tapes tipo VHS)

(3) Love to Love You Babe es una canción, cuya versión larga, de 17 minutos, estuvo censurada en muchas emisoras de Estados y de Europa. La melodía tiene la cadencia y el tono repetitivo de los instrumentales que acompañaban musicalmente a las películas porno los años 70 y 80, y en ella la Summer emite una interminable sarta de suspiros y gemidos de una mujer que hace el amor o que se complace sexualmente a sí misma. La revista TIME contó 22 inflexiones de la cantante en la pieza, equivalentes a igual cantidad de orgasmos. Según la historia que cuenta ella misma, para grabar tales sonidos, Donna ordenó apagar las luces del estudio, que todo el staff lo abandonara y que colocaran un micrófono en un sofá. Entonces le pidió a Giorgio Moroder, su productor, que se sentara junto a ella, y que la "ayudara" a emitir los gemidos de placer. Evidentemente, ambos hicieron un buen trabajo...

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