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Por PEPE FORTE/Editor de i-Friedegg.com,
y conductor del programa radial EL ATICO DE PEPE,
de lunes a viernes de 5:00pm a 6:00pm ET,
por la 710 AM, y de AUTOMANIA,
domingos de 12:00pm a 1:00pm
por WQBA 1140 AM, ambas emisoras
en Miami, Florida, de Univisión Radio
.

La serie G de Canon es una magnífica línea de cámaras de la firma japonesa, que ha conquistado por igual lo mismo a fotógrafos aficionados que profesionales. Para éstos últimos, es la alternativa compacta, el apreciado second body, un concepto aplicado de mucha utilidad para quienes demandan resultados serios de sus imágenes y poseen otra u otras cámaras de nivel alto.

Nuestra primera experiencia con las G's fue con una 7, aunque sólo a nivel de breve préstamo. Nos pareció tan buena que decidimos adquirir entonces el modelo 9, que acababa de llegar al mercado, y era superior (en la secuencia ordinal, inexplicablemente, no existe la G8).

Esta es la G9, en este caso dotada del barrilete adaptador para filtros y un grip extra a la derecha para optimizar el agarre.
 
Con su cuerpo metálico —que soportó una severa caída en manos ajenas sobre acera de concreto—, la G9, con sus 12 megapíxeles —dos más que la G10—, resultaba la opción paralela a la cámara abanderada en nuestra colección de entonces, la antológica Canon 5D full frame de 12.8.
La calidad de las imágenes obtenidas con la G9 era sorprendente, como se aprecia en la foto inmediatamente debajo:
Esta fotografía, aunque manipulada después en Photoshop, fue tomada en Londres en diciembre del 2007 con la Canon G9. La distancia focal protagónica de la escena corresponde al ángulo ancho. La imagen debajo, tono sepia nativo en la cámara, fue capturada con el lente a tele, en septiembre del 2008 en Beijing, China, con la G9.
 

A pesar de la calidad del lente, nos disgustaba su zoom, equivalente en 35mm a un rango de 35 a 210mm.

En cuanto al tele en su distancia focal máxima (210), nos complacía grandemente, pero en lo que respecta al angulo ancho, para este servidor que prefiere atrapar escenas urbanas a lo Edward Hopper, la focal de 35mm no era suficiente. De modo que aplaudimos la introducción de la Canon Power Shot G11 en agosto del 2009 cuyo zoom es de 28mm a 140, con estabilizador de imagen y que ya traía la G10. Perdió en el tele, en comparación con la G9, es verdad, pero ganó en el ángulo ancho. Mas si el fotógrafo desea más distancia focal, puede adquirir un lente tipo aditamento frontal que extiende el rango. Pero nos resultó atractivo que, a diferencia de la G10, que posee pantalla fija, en la G11 ésta es articulada.

Las aperturas prevalecen: 1:2.8 – 4.5.

Por nuestra parte, compramos el barrilillo adaptador para acoplar un filtro polarizador que nos resulta capital para fotografiar automóviles.

La G11 guarda mucha relación con el modelo anterior, la G10, que había salido en venta unos 11 meses antes, y a su vez no puede negar la hermandad con la G9.

Pero emprendió una necesaria carrera de pérdidas: la primera de ellas, los píxeles: de los 14.7 de la G10, regresó a los 10.0 de la 7. Canon justifica la merma aludiendo menos ‘ruido’ en la imagen. A no ser porque, lógicamente, el file es un poco más pequeño, el ojo humano no es capaz de distinguir esa diferencia de magapíxeles, y la verdad es que la calidad de las fotos que ganatiza la G11 con sus 10mp es excelente.

El sensor es tipo CCD como habitualmente hallamos en cámaras de esta talla, y no es de “cuadro completo”. Canon lo define como de “alta sensibilidad”.

La otra reducción es el tamaño de la pantalla monitora al dorso: en la 10, de 3 pulgadas; en la 11, de 2.8. Pero ocurre que el screen de la G10, como ya citamos arriba, es fijo, y en la G11 es (totalmente) articulado para mas versatilidad de su uso, y eso reduce inevitablemente su talla al estar enmarcado y apoyarse en una bisagra para ser desplegado.

A la izquierda del lector, la G9, con su pantalla más grande. Se aprecia perfectamente que en la G11, a la derecha, ésta es más pequeña.
 

Sin embargo, la cantidad de dots es la misma, 461 mil. Es un LCD.

Aplaudimos el screen 100% articulado de la G11, pero tememos que su uso prolongado desemboque en falso contacto. Se recomienda tratarlo gentilmente para evitar la fractura accidental de su articulación, y recordamos que la única rotación que no hace es la de inclinarlo hacia uno empujando desde su borde superior. Esta operación se hace hacia atrás, de manera que no hay una sola posición que no garantice. También, la imagen se “endereza” por sí sola, no importa cómo se coloque el visor.

Las flexiones de la pantalla trasera de la G11, totalmente articulada, permite explotar la cámara en todos los ángulos.
 

La G11 se sostiene fácilmente en la mano. La distribución de la botonería al dorso es más o menos la misma que la de la G9 y la G10, aunque en la manipulación se oprimen sin querer algunos de los pulsadores a la espalda, pero este es, lamentablemente un fenómeno bastante común a casi todas las cámaras del segmento.

Es liviana, pesa 375 gramos, pero a la vez se le siente el peso de una construcción sólida y resistente de una buena cámara. Podría ser cosa sólo de percepción, pero nos parece más sólida la G9…

Nos complace también que los botones rotatorios arriba en “el techo” de la cámara son analógicos , “a la antigua”.

Son tres: hacia la derecha dos, uno sobre otro, concéntricos, el superior para las operaciones de automatismos de exposición —la cámara puede ser operada manualmente—, y otras funciones, y debajo de éste, abrazándolo a modo de anilla, el selector de ISO o sensibilidad.

En el extremo a la izquierda del usuario, el botón de override manual de compensación de exposición. La cámara toma imágenes en el formato RAW si así lo desea el fotógrafo, y hace cine pero no en HD, ni su micrófono es estéreo.

El menú, amplio, permite controlarar y reajustar al gusto de cada quién no sólo muchas de las operaciones de la cámara,sino cómo exponer las fotos, incluidas las opciones de sepia y blanco y negro, y la saturación de color.

El flash integrado es potente y llena las necesidades de iluminación, pero es lo que menos nos complace de la G11. Es necesario ajustarlo concienzudamente o se obtendrán irritantes resultados de sobre exposición. Y aunque posee reducción de ojo rojo, en realidad casi siempre aún bajo ese mandato, obtuvimos —inexplicablemente— el frustrante resultado en las fotos tomadas. Canon ha venido teniendo dificultades con su flashes y su ‘dedicación’ con las cámaras en los últimos años, y la G11 parece transitar esa senda.

Se le puede colocar un flash externo encima.

 
Este poster refleja todas las cámaras con que el editor de este website ha trabajado. Las cámaras no están representadas proporcionalmente en tamaño, ni cronológicamente. La G11 aparece junto a la Mamiya RZ67.
 

Inicialmente pensamos que podríamos usar la misma batería y cargador de la G9, pero esto no es posible. Se trata de la NB-7L que empero sí emplea la G10. La batería de la cámara, según Canon, de uso extendido esta vez (390 disparos), nos ha garantizado un altísimo numero de fotos.

La tarjeta de almacenamiento es una SD.

Temiendo que la G7 que usamos temporalmente desarrolló un falso contacto en el slot de la tarjeta y que la G9 una vez hizo un amago del mismo problema, decidimos bajar siempre las imágenes de la cámara por medio del cable USB a modo de cordón umbilical con la computadora, en vez de extraer y volver a introducir continuamente la tarjeta, operación que parece ser la madre de la falla.

Al costado de la cámara se halla una toma HDMI.

Otra característica que a menudo nos resulta mortificante es que el zoom de control eléctrico no es todo lo rápido que aspirábamos que fuese. También, que el obturador, si la cámara se usa tiro a tiro, hay que aprender a presionarlo debidamente para no perder la instantánea. Mas estas son apenas nimiedades tolerables si las enfrentamos a las incontables satisfacciones y resultados serios de los que esta cámara es capaz, de modo que entre sus contemporáneas del año no hallamos nada así en la serie Coolpix de Nikon ni de Fuji.

A pesar de su versatilidad, usamos la G11 la mayor parte de las veces en P, que garantiza de, las operaciones de automatismo de exposición, unas imágenes excelentemente saturadas en color. Claro, acentuamos ese tipo de captura al "setear" la cámara en vivid en el menú, y también a través del selector de compesación de exposición en casi -1. Preferimos siempre el asaje de 400 y el tamaño Large. Pero se pueden obtener magníficos resultados fotográficos si se pone la G11 en Program asociado al asaje en AUTO.

El file que sale de la cámara en Large es de 20.267 pulgadas por 15.2 a 180 megapíxeles.

Cuando las condiciones de luz existente merman, generalmente la colocamos en AUTO, donde la cámara acomoda por sí sola la velocidad y abertura, y también el ASA. Las fotografias nocturnas son espectaculares. Una característica muy buena de la G11 es que aún en AUTO, uno puede impedir que el flash se dispare automáticamente.

Mi esposa explota con frecuencia las tomas en sepia o en blanco y negro y los resultados son muy complacientes.

Pensamos que, en general, la Serie G de Canon es la opción ideal en dosis reducida a los fotógrafos profesionales y a los aficionados avanzados, y la Power Shot G11 entra perfectamente y con laudes en ese marco.

La serie G de Canon, cada vez que un modelo reemplaza al otro —por lo menos hasta hoy—, tiene un precio promedio de $450.00.

 

A continuación algunos samples de fotos tomados con la G11, todas ellas en el formato Large: