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AUDI TT RS 2012

por PEPE FORTE, editor del Canal de Autos de iFriedegg.com
y conductor del programa radial AUTOMANIA
de WQBA 1140 AM de
Univisión America, que se transmite cada domingos desde las 12:00pm ET.

Posted on May 19/2012 • Reviewed live! on AUTOMANIA
on May 19/2012

Si vives en la Florida… qué bueno para tener un Audi TT del 2012, porque como el estado no exige placa delantera, la gran boca que representa el grille sobredimensionado del auto, que simula un chico malcriado y rabioso que va tras el chupete que le acaban de arrebatar, queda invicta. Si vives en New York, la obligada chapa le afeará el frente. Pero si habitas en el Estado del Sol —particularmente en Miami, para más detalles— y manejas el TT allí, aún en abril cuando el Astro Rey todavía no ha descargado su furia del agosto por venir y entras al coche que ha estado aparcado al bajo sus rayos al meridiano, obtendrás una quemadura de segundo grado al plantar tu mano sobre la bola metálica de la palanca de cambios, para entonces tan candente como una sartén convicta para huevo frito —¿por qué no lleva el logo de alarma de “no toque la superficie caliente” que te encuentras en el motor?—. Well, el caso es que vivimos en la Florida: y qué bueno así que el auto no lleva registro en la faz para celebrar la belleza de su parrilla desmesurada a lo boca de Carly Simon… y en cuanto a lo de achicharrarnos la mano —como nos pasó un par de veces duante la semana de prueba— resolvimos el incidente con una crema regeneradora de piel, barata, en la farmacia del vecindario. El TT RS del 12 da tantas satisfacciones que la quemadura es apenas una honrosa herida de guerra, aunque sin llegar a merecer el Corazón Púrpura.
 

Qué fortuna haber manejado todas las ediciones deTT desde la primera y hasta ahora. Y no nos ocultamos para decir que aunque todas nos gustan, siempre latiremos más por aquella primera, más redonda y compacta que las posteriores, de un diseño eternamente cautivador, por fuera tan esférico como una pelota sobre ruedas y, como una pelota también por dentro, pero cual la de béisbol por las grandes puntadas en rojo de la vestidura.

El nombre oficial de "nuestro entrevistado" es Audi TT RS 2.5 TFSI Quattro MT6 coupe; desgranémoslo: Lo de RS, Rally Sport; 2.5, la cilindrada,: TFSI, la inyección, y Quattro, la antológica transmisión All Wheel Drive ingeniada por este fabricante germano que más tarde otros imitaron —no le de pena pensar en Subaru, ni le avergüense tampoco decir delante de Audi que la japonesa es superior—.

Cuando en mayo del 2007 acudimos al lanzamiento nacional de la segunda generación del TT en San Francisco, California, ya más grande y estirado, que se desprendía resbalosamente de su redondez pionera, hablamos de una difícil elección; una difícil elección dentro de sí mismo. Ahora decimos que, por el contrario, es muy fácil optar por el nuevo TT, pero comparándolo con ajenos, porque su precio de $64,850 —el específico de nuestra unidad de turno— ofrece una mucho más asequible escala monetaria que la del Porsche 911, cuyos elementos —alguno, claro está, no todos— podríamos hallar aquí sin tener que pagar los más de 136 mil de su etiqueta, ni tampoco la estratosférica de su hermano mayor, el R8, de nuevo de vuelta en la familia de Audi. Y, continuando con esta escala de comparación teutónica, por aproximadamente el triple del dinero del VW Golf, te llevas más del triple de lo que éste te garantiza. El precio del TT RS, ahondamos, es más alto que el del BMW 1 Series M o que el del Lotus Elise.

Así, por su precio y sus características, su comparable natural más inmediato parece ser el Porsche Cayman R. Pero —perdón, perdón— preferimos al TT; el Cayman, cuyo máximo valor es su ligeramente reminiscente aliento retro del fundador de los Porsches allá por los años 50, siempre te deja aquella sensación —más bien desazón— del Porsche del “hombre pobre” —como el Boxster—, mientras que el TT… es unique.

Los ingredientes de la receta son estos: Motor turbocargado de 5 cilindros en línea con inyección directa tipo TFSI, que genera 360hp y 436 libras por pie de torsión, acoplado a transmisión manual de 6 velocidades tipo All Wheel Drive, las más sofisticada de las de tracción en las cuatro ruedas, en este caso la histórica Quattro ideada por Audi, como ya advertimos arriba (en el pasado condujimos TT’s automáticos que nos parecieron una delicia porque el ciclo de cambios “tironeaba” para recordar una manual, aunque no tan burdamente como lo hace el Smart).

Este motor es único del TT, así que ahí tiene usted otra razón para sentirse egoísta y altanero. Toda esta formulación, asociada a su suspensión lo hacen un coche tentador para el Rally. Pero hay más que le hará sentirse como el rey del mundo, y de lo que se enterará debajo.

En realidad, en cuanto a styling, no hay muchas cosas dramáticamente cambiadas. Esto significa que el auto mantiene su esencia y que incluso a un ojo profano se le hará difícil diferenciar cuál es una generación y cuál es la otra.

Por otra parte, esto retiene el valor del coche y lo salva de esa horrible sensación que nos acomete con otros vehículos cuando con tristeza uno ve que el reemplazo del nuevo modelo puso a dormir al nuestro —help, God!—. Con la crisis económica no todo el mundo puede ahora cambiar cada 4 años un vehículo que rebasa los 60 grandes. Eso evita canas y visitas al sicoanalista.

Elementos nuevos son los toques de estilo pertinentes a los respiraderos delante y detrás, la falda lateral y el difusor trasero. Por dentro, mucho feeling de carro de carrera —de carrera de lujo, hay que destacar— con la sección inferior del volante plana, y abundantes acentos en aluminio —hmmm… nos parece que un poco más de lo que debería tener— para un interior absolutamente negro —para nuestra satisfacción, la preferida, de negro por fuera y negro por dentro, presente en el vehículo que nos tocó probar, aunque este review lo hemos ilustrado con fotos oficiales de Audi que muestran un coche rojo—.

Enaltecen al bólido los remates ovales cromados del sistema de escape y las ergonómicas butacas Alcántara de piel, que ofrecen un magnífico soporte lateral, ideal para un carro de su estirpe.

Conducir el Audi TT RS del 2012 es una experiencia. Y para quienes manejaron algún otro anteriormente, al entrar la vehículo el conductor en ciernes comienza a salivar como en la anticipación de paladear el plato que ya se conoce. Nos gusta que carece de ignición de botón, sino que, a la antigua, se arranca con el enérgico giro de la rotación de lla lave y, a continuación… ¡ta, rá!... pues, Rrrrrvvmm…. Rrrvvmmmm!!!

Antes de partir, se siente el clutch firme, de agarre abajo, y entonces tiene usted que familiarizarse con el movimiento de la palanca, sobre lo duro mientras el auto está en baja, pero que se va domesticando exponencialmente con la velocidad. La palanca es de desplazamiento lateral corto y rígido, sin “juego”. Su motion ha sido concebido para la precisión del conductor con talento, precisión y agilidad para los cambios, como si él mismo, en vez de ser un humano, fuese una extensión de la máquina.

Los aros de 19 pulgadas calzados con neumáticos de bajo perfil, asociados a la suspensión europea, enseguida le ponen a uno en contacto con el suelo, y el vehículo pues reproduce su relieve. Es un coche europeo, sin duda, una walkiria sobre ruedas, que habla la lengua de Wagner.

Pero la cabina es ruidosa.

El TT 2012 hace las 60mph en 3.6 segundos de acuerdo con pruebas profesionales; esto es mas rápido que el Porsche Cayman, que cuenta con doble embrague; el TT no (por lo menos el de Estados Unidos). El 911 Turbo S alcanza la misma meta en los increíbles y casi insuperables 2. 7 segundos). Y ya que mencionamos el producto para el mercado norteamericano: hay diferencias entre éste y el que se vende en Europa. La inclinación de la balanza produce insatisfacciones en cuanto a las carencias para aquí, pero existen también compensaciones. Por ejemplo, el TT para las tierras de Tío Sam es 25 caballos más potente. Y no será muy abundante: el plan es importar apenas unas mil unidades de las 11 mil que se producirán en alrededor de 2 años. So, quien adquiera uno, de verdad que se sentirá como un ungido de Dios… (recuerda lo que le anticipé de “rey del mundo”. Ya ve.)

Como todo auto de su tipo, su configuración de 2 + 2 plazas no representa en realidad cuatro asientos genuinos (los que mejor viaja detrás, mejor incluso que sus hijos pequeños si los tiene... es mercancía; mi cámara fotográfica estuvo de plácemes allá atrás, atadita y todo con el cinturón de seguridad). No olvidemos que ese agregado de banco trasero simplemente cumple la función para que la EPA lo clasifique en su nicho y, por otro lado —no sea tan malagradecido—, para que pague menos póliza de seguro cada mes, que si fuese un roadster, ya sabe...

Si usted abate la espalda de estos, el espacio de carga interior trepa a 24. 7 pies cúbicos. Como no juego golf —ni creo que lo haré— no sé si admite sin malabarismos a lo Pato Donald el ingreso de una bolsa de bastones para éstos, pero como fotógrafo profesional sí puedo decir que en el maletero, con el auxilio de los asientos de atrás plegados, pude colocar mi enorme bolsa del juego de lámparas y sombrillas del tamaño del ataúd para un cocodrilo juvenil (sorry, no se me ocurre otra referencia; para algo tenemos a los Everglades como vecinos… ¿o no?)

En el acápite de seguridad: incluye estándar frenos ABS, asistencia de embrague en pendiente (que evita que el vehículo se desplace hacia atrás al levantar el pie del freno para presionar el del clutch en una colina), control, de estabilidad y tracción y bolsas de aire frontales amplias que protegen no sólo la parte superior del cuerpo, sino también el tórax y el abdómen, una solución genial para la talla de este vehículo que, por otro lado, no ha de ser muy amistosa para gente de la estatura de Lebron James —y con la pelota de basketball entre las manos… olvídelo—.

Estando muy, muy lejos, de ser un piloto profesional, lamentamos no poder probar este vehículo en una pista de carreras o en al menos una breve prueba de rally donde de seguro el TT RS revelaría todo lo que caballerosamente oculta cuando se le lleva de casa a la oficina y de la oficina casa cada día, en una odiosa autopista atestada a lo bumper to bumper, o acaso en una más expedita el fin de semana pero en la que en esas condiciones, ni te atrevas a ensayarlo, porque pronto, como aparecería de debajo de la manga del más tramposo jugador de póker el as victorioso, en breve tendrás detrás de ti los destellos de luces azules y rojas. (Lla semana que lo probé, en varias ocasiones, como el depredador que acecha en la pradera africana el más simple desliz de la gacela, tuve detrás de mí un auto patrulla siguiéndome muy de cerca a ver si metía la pata, es decir, hablando lo más prosaicamente posible… a ver si le metía la pata). Se quedaron con las ganas (me pasó igual días anteriores al volante del Charger Superbee). Pero —ja, ja, ja… que ya es muy tarde, baby— nunca me vieron presionarlo en la curva de entrada al 874 desde el entronque de Killian Drive, donde el TT se aferraba con resolución salamandrina al suelo —con un leve pero a la vez agradable understeering— al pisotón al acelerador, y que fue una de las pocas veces en que puede tener un hint de lo que era capaz el auto, para hacer a continuación un par de cambios de senda emergentemente, en lo que también manifestaba su poder, e inmediatamente regresar al redil angelical del conductor que marcha bajo la barrera de límite de velocidad.

Otros detalle importantes de TT RS 2012 antes de cerrar: Su eficiencia es de 18mpg en la ciudad y de 25 en la carretera (la semana de prueba, en primavera, la época del año de los más altos precios de la gasolina —no es el verano ni el invierno como inexplicablemente la prensa falaz se empeña en promulgar—) el galón rebasaba los $4 dólares. El monroone del TT advertía que con precio de $3.95 dólares durante 15 mil millas recorridas, su propietario terminaría pagando $2,962 dólares en combustible (gulp!, lo mas terrible es que no tenemos para dónde largarnos… excepto la Venezuela chavista, y eso, no way José).

Más componentes del cóctel del TT RS: Interfase para iPod, sistema de audio Bose, sensores de auxilio en la marcha atrás, butacas delanteras térmicas, luces frontales de Xenón con los típicos LED s de ciudad de Audi (que estrenó el A4) y no podía faltar el enloquecedor de operar sistema de audio característico de la marca.

Para los amantes del pedigree: Posee 75% de partes alemanas, 1% de partes canadienses, la transmisión es alemana , el motor húngaro —al igual que en la edición anterior— y es ensamblado e la planta de Györ en la Hungría post-comunista.

Veredicto: Como soy de los periodistas de automovilismo que prefiere las camionetas a los autos deportivos, probablemente me complazcan más las emociones de una Ram a cierta velocidad en un camino vecinal, o una severa prueba en lodo de un Wrangler a lo que el TT me puede ofrecer en una pista. Pero ello no empaña mi juicio final sobre un auto que de todas maneras en su segmento es mi preferido y, salvando las distancias, claro, en mi escala personal de gusto lo ubico en la posición inmediata superior al Mini Cooper S por lo de lujo que el TT contempla. Hasta aquí, espero haberme hecho entender.